迷路 | Bangchan

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Resolvía ejercicios matemáticos mientras Jisung le tomaba fotos a Felix para su Instagram, alguien se aproximó rápidamente levantandome por los aires y dando vueltas conmigo cargando.

-¡SEO! —Bang reía.

-¡ME ESTÁS TOCANDO, DEJA DE TOCARME!

-LAS FLORES ESTUVIERON MUY LINDAS, AY SEO, GRACIAS, GRACIAS. —Apachurraba.

-SI NO ME BAJAS LAS ULTIMAS FLORES QUE VERÁS SERÁN EN TU FUNERAL. —Golpetee. Con cuidado me puso en el piso, sacudiendome.

-¿Te gustaron?

-ME ENCANTARON.

-No le prestes tanta atención a las flores, si no al mensaje que te he dejado, ¿Entendido?

Sentí dos miradas juzgantes. –Oh... ¿Ya le envías flores?

-Larga historia para ser contada en este corto tiempo.

-Yo tengo tiempo. —Jisung contestó.

-Yo no. —respondí sonriente— Si me disculpan, estoy estudiando.

-Soobin debe verte como todo un tesoro ahora que se de cuenta que estudias en el almuerzo.

-Ojalá me viese como uno, pero gracias a alguien soy considerada una alumna de clase 0, así que... ¿Se callaran o me voy?

-Bang, que bueno que viniste, queríamos invitarte a una pijamada. —Felix mordisqueaba su burrito.

-¿Pijamada? ¿En casa de quién?

-Te enviaremos la dirección por mensaje.

-¡Chaeeun! ¿Vendrás a la pijamada cierto? Es a las 6, Minho irá también.

-A esa hora Soobin se va de mi casa, prometí que lo acompañaría a... —recordaba— Algún pedido de la biblioteca, así que, temo que esta vez será solo pijamada de chicos.

-"Soobin, Soobin" me empieza a caer mal.

-Dile a Minho que no excluya a Bang cuando lo conozca, tiende a ser tan celoso.

-En unos días más nos vamos al campamento, y luego solo pocos días para irnos de aquí, ¿Ya saben a que universidad ir?

-Aún no... —Jisung susurró triste— En la que quería no me aceptaron.

-Para Bang no es problema ya tienes pase libre, ¿o no? —Felix insinuó.

-Yo no tuve nada que ver con el preferencismo, ¿Sí? Hasta el día de hoy estoy consciente de que no lo merezco.

-Te equivocas... —interrumpí mirandole— Te lo mereces tanto como cualquiera.

Nos sonreímos con complicidad, provocando que los otros dos murmuren cosas.

-¿No crees que se comportan muy extraño?

-En esta semana ausente algo le hizo Bang a nuestra linda gángster Chaeeun.

-¿Quieren que les clave el lápiz en el cuello verdad? —hablé.

Más tarde ya en casa, Jeongin tocó la puerta de mi habitación. –¿Puedo pasar?

-Tu siempre puedes pasar.

-¿Qué tal ha estado la escuela estos días?

-Normal, ¿Por?

-Felix me envió un mensaje preocupado, diciendo que actuabas de manera rara enviándole flores a tu enemigo.

Reí negando, conté toda la historia de ese día, lo mal que había sentido en mi interior ver como Bang en ese mundo de ensueño que tiene es más lúgubre. Mi hermano tocaba su pecho a ratos, fingiendo que el corazón le dolía por tanta maldad de la Señora Bang, en una ocasión dijo "Me recuerda a nuestra madre, tan maldita egoísta".

-Y esa es la historia... Realmente fue horrible, nunca había visto a Bang tan... decepcionado de él, así que pensé que enviarle rosas esas que no solía ver dedicadas a él serían buena manera de levantar su ánimo.

-Esa es mi niña, tan linda dentro de ese caparazón de tortuga.

Transcurrieron las horas, como de costumbre, Soobin escribiendo en mi libro algunas notas que tenía que tomar en cuenta a la hora de resolver operaciones, secretos que él ponía en práctica para hacer los ejercicios de una manera no tan elaboraba pero sencilla.

Si supiera que todo eso lo sé, pero con tal de verlo ahí tan concentrado, y hablandome me hago la ingenua.

-¿Me acompañarás a la biblioteca? Hay un libro que quiero que leas.

-Solo deja colocarme un abrigo, puedes ir saliendo, te alcanzaré.

El chico bajó las escaleras tarareando. –¡Changbin! ¡Jeongin! Robaré a su hermana unos minutos, luego la traigo.

-Si una lágrima sale de ese rostro debido a ti... —Changbin habló.

-Haremos que esa sonrisa sea tu maldición. —Jeongin finalizó la oración.

-¡Entiendo! No tienen que preocuparse, no le haría daño. —siguió su camino a la entrada cuando una voz se lo impidió.

-¡Oye, Soobin! —El mayor de los hermanos fue hasta él— ¿Hasta cuándo seguirás fingiendo?

-No comprendo... ¿Fingir qué?

-Sabemos bien, que no estás aquí por las tutorías, no eres tonto, ya sabes que mi hermana no las necesita, ¿Por qué sigues viniendo?

Con una angelical sonrisa de atrapado, solo pudo suspirar. –Traeré a Chaeeun sana y salva, no tan tarde. —cambió de tema.

Con un gorro rojo que combinaba con su abrigo, abrazó a sus hermanos diciendo que la esperen para cenar, y salió con Soobin.

-¿Que sucede Bin? —percatándose de lo anterior, Jeongin con semblante interesado empezó a cuestionar la pequeña charla que habia tenido con su invitado.

-No confío en Soobin.

El timbre lo tocaron dos veces, rápidamente abrió la puerta creyendo que a su hermana le había pasado algo.

Pero se topo con 4 chicos, y uno de ellos en pijama de Iron Man.

–Chaeeun nos dejó hacer una pijamada en su casa. —hablaron.