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-¿No quieres tomar mi mano mientras cruzamos la calle? —Soobin ofreció

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-¿No quieres tomar mi mano mientras cruzamos la calle? —Soobin ofreció.

SÍ, SÍ QUIERO TOMA TODO LO QUE QUIERAS.

DIGO...

-Así está bien, descuida... ¿Cuál es el nombre del libro que quieres que lea?

-En realidad, solo quería buscar un pretexto para distraernos, hemos estado mucho en el mundo del estudio, debemos tomar también tiempos libres.

-En ese caso, solo debiste decirlo... —jugaba con mis dedos.

-Si te hubiese dicho que saliéramos a una pequeña cita exprés ¿Habrías aceptado?

¿CITA EXPRÉS?

-Claro, yo disfruto de tu compañía. Eres una persona interesante.

-Tu también lo eres, ¿Compramos café o un vaso de té?

-Un vaso de té estará bien.

Sostuvimos una plática sobre nuestros intereses, podría decir que no había imaginado llegar tan lejos al dirigirle una que otra palabra, sin embargo está vez ellas salían por si solas.

Como si mi interior ya no quisiera ser esa niña tímida con él.

Una llamada nos interrumpió. Contento atendió la llamada sin dejar de mirarme.

Sus ojos se mantuvieron en los míos en todo momento.

Me sentía maravillada.

-¿Ah... sí? Está bien, nos vemos allí en 15, adiós, te quiero. —carraspeo su garganta— Ire al cine con Kelly, ¿Quieres acompañarnos?

Oh, Kelly de nuevo.

-N-No, así está bien, creo que... —eran las 8, mis hermanos estarían despiertos aún— Ya es hora de irme, prometí llegar antes de la cena y ya es tarde, así que ve con ella con tranquilidad, volveré a casa.

-Yo acordé con tus hermanos de llevarte hasta la puerta... —negué.

-Soy perfectamente capaz de regresar a casa sola, agradezco tu amabilidad, pero mejor date prisa o llegarás tarde al cine, a esta hora tiene mucha gente, corre. —deje dinero para pagar los vasos de té y salí de ahí hecha un manojo de emociones.

Todo era muy claro ahora, él había sido quién le pidió a ella que confesara sobre lo acontecido con las fotos.

Probablemente estén saliendo juntos.

Sentí un momento especial en esa hora que pasó, un momento donde todos en la cafetería habían desaparecido solo para observarlo a él, su voz era lo único que podía escuchar. Y tan rápido como un flash de fotografía, volví a la realidad.

A esa realidad donde nunca podríamos ser él y yo solamente.

Abrí la puerta de casa. –Ya llegué. —cerré con seguro está, mis hermanos me saludaron en la entrada.

迷路 | BangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora