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Su mano se deslizó por mi mejilla, dando un suave toque al que cerré los ojos, acunó mi rostro y se acerco, rozando la punta de nuestras narices

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Su mano se deslizó por mi mejilla, dando un suave toque al que cerré los ojos, acunó mi rostro y se acerco, rozando la punta de nuestras narices.
-Eres más de lo que cualquier persona podría merecer.

Despertando del pequeño trance que estaba experimentando en sus ojos nuevamente, me alejé lo suficiente para buscar mi hoodie

Carraspeo la garganta.

-Pedí que Jisung viniera para que me ayudara a escoger qué prenda de vestir te gustaría más, el color, la talla... compré estas pensando en que quizá podrías usarlas algún día.

Algunas prendas eran llamativas, de colores vibrantes.

-No aprenderás a aceptarte de un día a otro, toma tiempo, y te aseguro que no importa cuánto tiempo nos tome, estaré contigo hasta que lo logres.

-¿Nos tome...?

-Estoy contigo en esto.

-No tenías que hacerlo, ni comprar tantas cosas.

-Es solo ropa, y nada valdría más para mí que el haberte ayudado.

-Debería regresar a casa, es algo tarde.

-Te llevo.

-No, puedo regresar sola... descuida, no quiero exponerte y... —me interrumpió.

-No me importa, te llevo.

Subió la ropa ya embolsada en la cajuela de su auto, mientras ibamos de camino ninguno de los dos sacó conversación.

Al menos yo estaba pensando el porqué de aquel acercamiento tan... tan íntimo.

No es normal que pasemos de molestarnos a ser quienes más están el uno para el otro, ¿o sí?

Lo que sí sabía era que habia juzgado mal a Bang por mucho tiempo.

-¿Mañana irás al campamento?

-No lo sé, escuche que muchos ya no irán, ¿Tú piensas ir?

-Para mí ya es una costumbre muy agradable ir allá... —me encogí de hombros.

-Yo lo pensaré, lo más seguro es que no, no tengo motivos por los cuáles ir.

-Será una de nuestras últimas convivencias juntos, ve, nos divertiremos mucho, esta vez prometo no golpearte tanto.

-Te veré allá entonces.

Con ayuda de mis hermanos subí todas las bolsas, hasta que las botamos en el piso.
-¿Qué es todo esto?

-Ropa, Bang la compró para mi. —sonrojé mirando las lindas blusas.

-Paso de ser tu enemigo a... ¿Es tu sugar daddy?

-¡Changbin!

-Debe haber más de lo que yo vendo en mis canciones aquí.

-¿Tu crees?

-¿Debería re-venderla entonces?

Los tres reímos soltando un suspiro al terminar.

-Espero que la uses... Hace tiempo que no te veo con atuendos como esos.

-A veces... quiero a mi linda y tierna Chaeeun de vuelta.

-Esa que usaba botargas de dinosaurios y salía a la panadería ¿recuerdas?

-La misma que veía tutoriales de pasteles y terminaba haciendo carbón en el horno.

-¡La que usaba vestidos azules con estampados de banana!

-Sus coletas en cada lado... –Changbin y Jeongin rememoraban momentos pasados.

-Y ahora tiene personalidad de luchador de WWE.

-Yo pensaba más en asesino serial.

-¿Con moto sierras y todo eso?

-Bates de púas.

-¡Están exagerando!

-Tienes un martillo en tu cajón.

-¡Es por precaución! Ya váyanse, solo hablan incoherencias.

-Si, será mejor irnos antes de que nos ataque con su hacha.

-¡LARGO DE AQUÍ!

-SE ENOJÓ, CORRE. –Changbin fue el primero en salir corriendo.

Cerré la puerta bufando, doble cada una de las bonitas prendas, había comprado muchos blusones, vestidos y falditas.

Un vestido amarillo pastel con olanes en los hombros, bastante precioso llamó mi atención. Lo probé por encima de mi ropa frente al espejo.

Bang era un idiota.

Un idiota detallista y lindo.

NADA DE LO QUE DIGO TIENE SENTIDO.

Colocaba mi pijama cuando en ropa interior me mire al espejo.
Mi cuerpo se había desarrollado más no como quisiera, pero lo había hecho. Miré aquellas pequeñas estrías en mi abdomen y debajo de mi trasero. Apreté mis labios duramente.

Sorbí mi nariz catalizando mis emociones, sobre todo aquel nudo en mi garganta.

Pude escuchar por un momento la voz de él, "¿Por qué tienes eso puesto?, ¿No ves que no te queda bien? ¡Me estás avergonzando!"

Caí de sentón en la orilla de mi cama, abrumada.

"Habrá alguien que te querrá con toda esa inseguridad".

"Estamos juntos en esto".

Levante la mirada nuevamente, enfrentando mi reflejo.

"Eres más hermosa de lo que cualquier persona puede merecer".

"Eres hermosa".

Sonreí poco a poco. –Soy linda.

Terminé de poner mi pijama, acomodandome en la cama entre todas mis cobijas.
Tenía mensajes de los chicos, específicamente de Soobin y Bang. Pasé de largo al primero para contestarle al otro.

Cabeza de rábano:
•Honestamente, quiero saber si te incomoda que trate tanto de levantar esa autoestima que otro se encargó de destruir.

•Pero es que no puedo ver como toda la maravilla que eres está oculta por un maldito bastardo.

•De verdad ah... quiero matarlo.

•Me has pegado tu agresividad.

•Buenas noches, linda Chae.

•Sueña bonito.

•Cómo tú.

Carcajee por el apodo. Entré a mis contactos.

Editar nombre.

"Pequeño Bang".

"Pequeño Bang"

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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