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Tendría el atrevimiento de decir que tengo a los mejores amigos del mundo. E incluir ahora a Seungmin y Chan, me daba más alegría. Todos los días, Bang me llevaba una fruta o un cóctel en las mañanas, lo hacía en pago de que yo le enviaba diariamente un arreglo floral a su estudio de fotos. Los pequeños detalles hacen grandes diferencias en las personas.
Descubrí que Soobin sí salía con Kelly, desde el día que Bang jugó a Cupido y los presentó.
Él lo sabía pero no quiso decirlo, guardo silencio ante eso para que yo no estuviera desanimada, aunque todos los días me mentalizaba con las palabras de Changbin sobre la situación, había momentos solo en los que me colocaba triste porque nunca tuve la oportunidad de sostener la mano de Soobin. Y quizá decirle o confesarle todo lo que he callado por él.
Soobin seguía siendo angelical conmigo, me enteré que fue él quien pidió a Kelly que se disculpara, dijo que no quería cargar con mi corazón mayugado.
No es tan ingenuo, sabe que me gusta.
Considero que no quiere aceptarlo para no lastimarme con el rechazo. Aunque esté en todo su derecho de hacerlo.
El timbre sonó, por obviedad comencé a colocar mis guantes de látex, busqué el recipiente y coloqué la silla en mi tocador.
-¿Para qué me llamaste...? —Bang quedó inmovil en el lumbral de la puerta al ver todos los utensilios que habían dentro. -¿Qué es todo esto?
-Esto, es tu cambio.
-¿Mi... cambio?
-Te voy a teñir el cabello, dejarás de ser un rubio copia barata de ese tal Yeonjun y comenzarás a ser tú.
-Me gusta cómo me veo de rubio...
-A mi no. Así que he comprado lo necesario para traer a la vida al verdadero Bang Chan.
-Esto no es necesario, Seo, de verdad.
-Lo es, tu yo interior se muere por salir, así que tienes dos opciones, o decides de qué color te tiño el cabello o yo decido por ti.
-Seo... —negó.
-O pones tu trasero grande en la silla o nunca más te vuelvo a dirigir la palabra.
-Eso es amenaza verbal, ¿Lo sabes verdad? Cuenta como violencia.
Me mantuve mirandolo inexpresiva, echo un suspiro y se sentó.
-No creo que otro tono me vaya bien.
-Oh, amigo mío, no sabes lo poderoso que es tu rostro.
