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Los anuncios de ropa donde solía aparecer Bang ya no me eran tan molestos como antes. Esbozaba una sonrisa cada que aparecía en la televisión.
¿Quién diría que ese chico de apariencia fuerte en el televisor en realidad es tan inseguro de si mismo?
En mi pc buscaba más opciones de Universidades que estuviesen a mi alcance. Definitivamente, tenía dos opciones, estudiar o tomarme el tiempo para trabajar y ahorrar. Changbin dijo que encontraría la manera de pagar mi universidad, que no era necesario que empezara a pensar en buscar empleo. Pero después de todo no puedo vivir todo el tiempo a base de sus ganancias o las de Jeongin. También quería ayudar en casa a los gastos necesarios.
Al principio de los estudios todo parece tan fácil, tan sencillo, conforme cursas más, de primaria a secundaria, preparatoria, universidad era más estrés.
Necesito un té.
En el colegio los profesores me animaban diciendo que podrían ayudarme a encontrar una universidad. Y acepté.
Eché mi cabeza hacía atrás haciendo circulos en mi cuello. Esto era horrible.
Soobin me enviaba textos, para decirme sobre las tutorías, algunas las canceló.
Estaba en la biblioteca leyendo un libro cualquiera, solo quería distraerme.
Escuché una voz familiar, le seguí con la mirada todo su trayecto hasta el estante del apartado "libros de romanticismo". Con semblante de confusión le vi leer la sinopsis y tomar otro, así con 5 libros seguidos.
Ese color de cabello le quedó fantástico.
Cuando por fin se decidió por uno, tomo asiento frente a mi, sin hablar empezó su lectura.
Era extraño que me entretuviera viéndolo pero lo hacía. Me apoyé sobre mi codo ladeando mi cabeza, sus pequeñas y apenas visibles pecas, hasta su barbilla, mis ojos no paraban de pasearse sobre el. Tiene una mandibula muy pronunciada y atractiva.
Solté un suspiro.
Bang pasó de leer su libro a observar el porqué de mi suspiro. Solo pude colocar mi libro cubriéndome de la vergüenza.
Alcancé a oír su pequeña risa.
Se dio cuenta.
-¿Lees al revés? —dijo en susurro.
Desconcertada baje el libro.
Y efectivamente lo había puesto al revés, con las letras patas arriba.
Aún mas avergonzada, gire el libro de manera correcta y volví a leer.
Sin embargo una mirada no me permitía concentrarme del todo.
Por arriba del libro Bang me estaba intimidando.
-¡Deja de mirarme!
-¡Tú me miraste primero!
Y se inició una guerra de miradas.
-¿Qué haces leyendo cosas románticas?
-Tal vez quiero aprender más sobre las perspectivas diferentes que tienen las personas sobre el amor.
-¿Jiwoo te tiene tan enamorado que te hace leer libros?
-No estoy enamorado de ella.
-Sí, lo estás.
-No lo estoy.
-Claro que sí.
-Que no.
-¿Siempre me llevarás la contraria?
-Solo cuando estás equivocada, en conclusión: todo el tiempo.
Salimos de ahí aún discutiendo.
-Por cierto, necesito que vengas a mi casa.
-¿Para qué?
-Para hacerte el amor.
-¿No dejas de ser un imbécil nunca?
-No. —sonrió— Debes ir, enserio.
-No sé dónde vives.
-Jisung, sí.
-Y a él ¿Lo invitaste con la misma frase que a mí?
-Sí, y el aceptó.
-Éstas loco.
-Necesito mostrarte algo, no miento, es importante, mucho, así que ve.
Se marchó dejándome sola.
Pregunté a Jisung su dirección, dijo que habían jugado videojuegos juntos, Bang me esperaba en la entrada de su gran casa sonriendo.
-Me gusta que me hagas el favor de venir cuando te lo pido.
-Date prisa, mi hermano dijo que si llegaba tarde te patearía el trasero.
-Sígueme.
Subimos hasta su habitación, había mucha ropa en su cama tirada y amontonada.
-¿Qué es eso?
-Esto que ves aquí, y esta persona encantadora, te van a mostrar lo bonito que es tu cuerpo y lo mucho que debes aceptarlo como es.
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