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Iara Tarlazzi➤Toscana , Italia

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Iara Tarlazzi
➤Toscana , Italia

Llegamos, al fin llegamos a la casa. Yo no entiendo en qué momento se me cruzó por la cabeza comprar un oso de peluche gigantesco pero lo hecho hecho está y no lo voy a dar en venta o muchos menos tirarlo, me quedará como un recuerdo o como una linda decoración para mí habitación.

Al ingresar a la casa me dirigí directamente a mí habitación para cambiarme por una ropa más cómoda para simplemente sentarme en el sillón y disfrutar de algunas series o películas, alguna que esté pasando en este momento.

Decidí subir una historia a mí cuenta de Instagram y de paso actualizaba mí foto de perfil por una más reciente que me sacaron antes de una reunión.

Cuando salí del baño me encontré con Alejandro que estaba por entrar, sin tomarle tanta importancia le dediqué una cálida sonrisa y lo rodeé para poder dirigirme hacia el sillón donde buscaría canal por canal para encontrar una buena película.

-¿Sabes dónde está mi cargador?-Me pregunta Alejandro.

-¿No?-Respondo extrañada porque él tendría que saber.

-Lo dejé acá y después lo perdí.-Dijo buscando con su mirada por todos lados.

-¿No es ese?-Digo señalando un cable de color negro.

-¿Dónde?-Se da vuelta de manera rápida.

-Este.-Me levanto del lugar donde me encontraba sentada para dirigirme hacia el cable que colgaba de la mesa donde también se encontraba una lámpara. Agarro el cargador y me doy vuelta.-¿Est...

-Sí, es ese.-Dijo muy pegado a mí.-Gracias por encontrarlo.-Agarró el cargador y depositó un beso en mi nariz. Dio una media vuelta para dirigirse hacía la habitación.

-De nada.-Dije con la respiración entrecortada y sintiendo como los latidos de mi corazón se aceleraban en cuanto los segundos pasaban.

Sentí como de a poco mis mejillas tomaban calor, me miré en el reflejo de mí celular y notaba como en mis mejillas se adornaban de un color carmesí. Sentía como todo me daba vueltas y mi cuerpo iba tomando el mismo calor que hace segundos mis mejillas habían sentido. Me dirigí a pasos apresurados hacia el baño donde al ingresar rápidamente cerré la puerta que se encontraba atrás mío y le puse el seguro. Mojé mi cara para calmar ese calor, para que bajara ese color, me miré en el espejo... tenía hasta las orejas coloradas. 

-Mierda...-Dije apoyando mi cabeza en el mármol del lava manos.

-¿Estás bien Iaru?- Escucho del otro lado de la puerta.

-Sí, sí.-Hice una pausa para mojarme nuevamente la cara y mirarme al espejo, no estaba tan colorada.-Estoy bien, no te preocupes.-Me sequé la cara y me miré por última vez en el espejo, me arreglé el pelo y salí.

Amore in Italia // Alejandro GarnachoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora