-Capítulo 1: ¿Un nuevo comienzo?-

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Narra Taeyong

El aire fresco que choca contra mi piel y la tranquilidad del bosque hace que mi humor de ésta mañana comience a mejorar.

¿Por qué me siento así? 

Creo que el problema de ser muy sensible a los ruidos es un mal hábito que me persigue desde pequeño. A pesar de ese problema supe acostumbrarme a la casa, a convivir con los chicos.

Pensándolo bien, dudo que sea por eso.

Algo me inquieta y las pesadillas no por algo volvieron. Dia tras día las mismas imágenes vuelven atormentarme.

Intento hacer una rutina antes de acostarme, algo que me ayude a  relajarme. Johnny sugirió que haga Yoga o algún que otro ejercicio de respiración, pero cuando cierro mis ojos nada de eso hace que funcione. Y es ahí que decido llamar a Doyoung. Es el único que puede ayudarme y gracias a él, mis pesadillas se van. Doyoung con su poder logra controlarlo.

Aunque no lo quiera admitir, él es mi única alternativa. Lo es por ahora.

Un sonido me saca de mis pensamientos haciendo que mirara desde donde provino tal crujido de ramas.

Un pequeño animal indefenso se hace presente. 

Me acerco cuidadosamente para no asustarlo. Lentamente logro llegar a él y comienzo a tocar su esponjoso pelaje blanco. El conejo parece no tenerme miedo y se queda a mi lado dejando que lo toque.

 El conejo parece no tenerme miedo y se queda a mi lado dejando que lo toque

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-¿Qué haces aquí pequeño? - pregunto como si pudiera responderme.

-¡estoy listo! - grita desde el balcón Doyoung. Le hago una seña con la mano para indicarle que lo había escuchado. 

Sigo acariciando al conejo y una extraña sensación vino a mí. Tal vez sea un presentimiento, pero no era algo malo, se siente como algo bueno. 

Tan bueno que intenta asustarme.





-siento que toca mi dedo, lo olfatea - empieza a contar. - se siente bien.

-¿Lo puedes ver claramente? - pregunto esperando una afirmación de su parte.

Maldición, ya casi no me quedan energías. 

-es un hermoso e inocente conejito - responde y en parte me alegra escuchar eso. - pero la imagen está volviéndose borrosa, ya casi no lo puedo ver. 

Estoy a mi límite. 

Me detengo y siento como caen algunas gotas de sangre por mi nariz. 

-sabes, esperaba ver a un Tigre de bengala - se acerca a mí. - ¿Estás bien? 

-sólo necesito seguir practicando.

-detente Taeyong, has desarrollado mucho ésta habilidad, si no controlas tu poder corres peligro, lo sabes ¿Verdad? 

Claro que lo sé. Entiendo el punto de Doyoung. Pero él no me entiende. Todo esto se siente como si desbloqueara una nueva habilidad y ansío mucho en querer dominarla. 

Es como si fuera una pequeña obsesión, de querer hacerme más fuerte. 

Y quiero ser fuerte porque si logro desarrollar aun más mis habilidades podré protegerlos, sé la carga que conlleva portar éste poder. Lo sé mejor que nadie.

Sería mucho más fácil si conociera a alguien con el mismo don, una persona que pueda crear armas psíquicas, tal como lo acostumbro hacer. Pero esa persona no existe, y me desespera saber que puedo llegar a ser el único. 

Al ser el único integrante con éste poder me motiva a ampliar mis capacidades. Los chicos intentan ayudarme pero casi siempre me niego a recibir tal ayuda. No porque no quiera, sino porque si lo practico con alguien puede llegar a ser peligroso para esa persona. Las armas que creo hacen daño a la mente de mis receptores y cuando lo hago puedo llegar a perder el control.

Hace poco descubrí, por medio de unas escrituras viejas que hallé, de alguien que portaba este poder. Esta persona podía crear otros objetos o seres vivos que no necesariamente hacen daño a la mente, sino al contrario, el receptor puede llegar a sentirse bien.

Y es ahí donde surge mi problema. 

No logro crear la imagen de otros objetos por mucho tiempo. Como tampoco logro crear otros seres vivos, exceptuando al pequeño conejito que vi en ésta mañana. Tal vez no estoy muy familiarizado porque todo aquello que hace daño lo puedo dominar en unos instantes. Pero cuando hago lo contrario fallo en el intento. 

Todo aquello hace que mi cabeza comience a doler. 

-¿Ves? por eso no debes exigirte idiota - grita Doyoung. Su voz hace que me estremezca de dolor.

-no grites - murmuro. - voy al bosque, quiero estar solo.

Me alejo de Doyoung y comienzo a adentrarme al bosque, caminando hacia un sector que esté desolado. 

A medida que avanzo logro dar con un pequeño lago. El agua cristalina me incita a sumergirme en ella y así lo hago.

No hay nada mejor que esto. 





-con que aquí estabas - esa voz hace que me sobresalte. - pss lo siento, creo que fui muy silencioso - comenzó a reír. 

Nado un poco acercándome a la orilla del lago. No me sorprende que Yuta aparezca así sin más. Él conoce muy bien los caminos de aquí por lo que encontrar a alguien es pan comido para él.

-¿Que sucede? - pregunto observándolo detenidamente. 

-nos llama James, no estoy seguro para qué pero convocaron a todos los chicos - añade Yuta agachándose sobre la orilla del lago. - algo huele mal.

Si él lo dice es por que realmente algo anda mal.

A regañadientes salgo del lago y comienzo a vestirme.

-esta bien.


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