capítulo 2: Rubio natural

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— ¡Akkun! — Chille. Mi camisa estaba manchada de pintura y lo peor es que era blanca.

Mi uniforme estaba arruinado. Mi pelo estaba todo sucio y mi cara estaba con pintura amarilla.

— ¡Gritaste como nena! — Río.

— Te mataré, Akkun...

— A mi me dejaron peor. — Tosió Takuya. Tenía todo repleto de barro y ni hablar de sus zapatos que estaban colgados en un árbol.

Los demás chicos se reían como si no hubiera mañana. La idea fue de akkun y lo demás le siguieron la corriente. Y bueno, fui la víctima.

— Takemichi... ¿Tu crees que tu mamá nos regañe?

Yo ya estaba comiéndome las uñas de los nervios.

— ¡Es mi mamá! ¡MI MAMÁ! ¿Sabes como se pondrá cuando me vea así? ¡Y lo peor! Ni siquiera fui a la secundaria...

— Bueno, te extrañaremos, Takemichi.

— Por supuesto, a ti no te dirá nada porque te la ganaste con piropos, Akkun. — Habló, Makoto. El nombrado rodo los ojos indignado.

— Pero que fea acusación... Me dueles, Makoto, creí que éramos amigos.— llevo su mano a su pecho y cerró los ojos, fingiendo dolor.

Makoto saco la lengua y se cruzo de brazos. Y yo me moría de frío, eran las 8 pm y ni siquiera se donde dejé mi celular. Mamá me va a matar cuando vuelva.

— ¡Takemichi!

Abrió los ojos en grande junto con mis amigos. Ellos pasaron salida y giraron la cabeza a mis espaldas. Me tense cuando escuché pasos a mi atrás.

—  Es mi mamá ¿Verdad? — Todos asintieron y me tense aún más.

— Vamos a casa, Hanagaki Takemichi.

Asentí y me despedí de todos.

Seguí a mi mamá de camino al auto. Ella me escaneo de pies a cabeza y espero a que entre. Me senté a su lado y empezó a conducir a casa. Me quedé observando el camino en todo el trayecto a casa, de vez en cuando veía de reojo su reacción. Tenía la expresión seria y era raro, ya que mamá siempre sonreía.

Cuando llegamos entre a casa y ella estacionó el auto. Empecé a subir las escaleras.

— Takemichi, cámbiate y baja. Tenemos que hablar.

Asentí y subí a mi habitación.

— Ahora que castigo me esperará.— Mordí mi labio, nervioso.

¿Me quitara el celular por un año? ¿Me quitará las papitas fritas en la comida? ¿No me dará dinero? ¡hay tantas posibilidades!

Me bañe y me quede ahí quitándome toda la pintura del cuerpo. Me dio tiempo para poner excusas y que el castigo sea leve.

Cuando me empecé a secar el cuerpo me fije mi cuerpo en el espejo del baño.
Mi pelo mojado y mi figura. ¿Desde cuando era tan delgado? Bueno, eso no es lo importante. ¡La pintura no se quita!

— No, no...

Empecé a rascar mi cuerpo con una esponja pero no salía ni con jabón. Estaba jodido. Me quedaré amarillo toda mi vida y me harán bullying por parecerme a un simpson. Me dirán Simpmichi y viviré apartado de todo la ciudad por mi piel amarilla.

— Takemichi, llevas media hora en el baño, ya sal y baja para comer.

(...)

— ¿Por qué faltaste a la secundaria hoy? — Preguntó sin emoción.

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