Redes De Amor | mitake

Capítulo especial.

Capítulo especial antes de que se venga todo el desmadre.

Disfruten mientras puedan. 🫂

(...)

Takemichi no sabía porqué se sentía tan raro, pero cuando conoció a Mikey desde ese tiempo empezó a disfrutar más de su vida.

Su vida de por sí no era tan mala, solo un setenta porciento de mala y ya. Sin embargo, cuando llego Mikey empezó a sentirse mejor consigo mismo.

Él siempre lo halagaba en todo. Siempre lo trataba bien...bueno, algunas veces.
Pero así era su carácter.

Takemichi cría que Manjiro había sido como un ángel para él, simplemente bello.

Takemichi no creía en Dios, según todos "Dios es amor" él no sentía nada de amor, jamás en su vida lo había sentido pero al ver a manjiro simplemente hacía que todo su mundo tiemble. Lo salvó de la soledad, el sentirse solo de por vida.

Entonces, Takemichi sintió amor. Por primera vez en su vida amo y fue amado.

Desde ese momento Takemichi supo que Dios existía.

— Takemicchi, mira ahí. — El rubio señaló con su mano a un pez en la laguna.

— Lo veo, Mikey-kun. — Sonrió Takemichi.

Sí, Takemichi se había dado cuenta de que Mikey era Manjiro el de las redes sociales. Pero Manjiro al parecer ni sabe dónde está parado.

— Takemicchi, ¿y si vamos al lugar de por ahí? — Propuso manjiro un poco aburrido. Habían estado una hora para ser exactos, parados viendo la laguna llena de peces.

— Me encantaría.

Takemichi y Mikey no perdieron tiempo, corrieron hacia aquel lugar donde no había muchos árboles pero si pasto, un pasto muy verdoso y frío. Todo era gris y nublado pero Takemichi estaba cegado, veía todo de colores menos Manjiro.

Poco a poco los problemas habían estado atormentando la vida de Manjiro, no lo dejaban en paz. Sus pesadillas sin saber porqué aparecieron de la nada lo asustaba.

Pero Takemichi estaba en un sueño, veía todo de colores...antes que lo veía tan gris y solitario. Takemichi creía que manjiro era como una droga, su droga que siempre probaría aún sabiendo que dañaría todo su ser una vez que le permita entrar a su organismo.

Pero el amor era así, doloroso cuando lo aceptas y tan despiadado al marcharse.

Pero Takemichi no quería que Manjiro se vaya. Era egoísta, sí. Pero Takemichi estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de tener a Manjiro siempre a su lado.

Porque Takemichi no sabía amar pero aprendería, aprendería y amaría a Manjiro.

En cambio manjiro...

Él jamás amo y creía amar. No sabía amar, de hecho nunca se intereso en eso pero se sintió extraño. Vio un crush en Takemichi, desde ese entonces quería hacerlo su novio pero era demasiado tímido. Ese era Manjiro, una persona fría y despiadada con los demás pero jamás con las personas que ama, hasta podría culparse él mismo si lastima a los que ama.

Manjiro se creía indigno, indigno de que mirar a Takemichi...un ser tan cerca de lo angelical. Aquella belleza que moría por besar pero sabía que dolería al hacerlo. Era realista.

Porque un hombre que se aferra a la realidad jamás podría bajarle ni una estrella a un príncipe como Takemichi tan de alma pura, que su mundo vive de puras fantasías.

Y mientras veían el cielo estrellado Takemichi empezó a ver como la luna brillaba en su máximo esplendor. Un cometa paso y él ni cuenta se dio.

— ¿Qué fue lo que pediste? — Preguntó Manjiro sin mirar a Takemichi. Su voz calmada y casi como un susurro eran melodía para Takemichi.