Capitulo 4

21 4 1
                                    

-maldita sea!
Parezco un adolescente lleno de miedos, estoy hace 40 minutos dando vueltas alrededor del pueblo.
-Soy un idiota.

-si lo eres maldito maricón de mierda

Revoleo los ojos. Ya me tiene la paciencia por las nubes este imbécil.

-ya cállate tú, porque la próxima palabra que salga de tu boca hará que te dé un tiro.

Se lo dije mirándolo a los ojos fijamente mientras seguía conduciendo.
No sé qué le dio más miedo, la amenaza del disparo o que tengamos un accidente.
Pero aunque muero por algo que me retenga más tiempo lejos de casa, no tendré suerte por que puedo manejar por este pueblo hasta con los ojos cerrados.
Cosa que hace unos años comprobé.
Me río de lo idiotas que fuimos, pero un desafío es un desafío y hago todo por ganar, sobre todo si quien me desafía es él
-ahhhh
Vuelvo a suspirar resignado.
Este mes alejado de casa me llevó por muchos lugares y por situaciones que me acostunbraron a hablarme a mi mismo, en voz alta.

-van a pensar que estoy loco

Enseguida apunto con mi arma a la frente de mi pasajero atado en el asiento de atrás y lo oigo tragar duro.

-que hago? Que hago?
Doy una vuelta más y mi inconciente me lleva a un lugar que ahora quisiera hacer volar por el aire

Estoy estacionado afuera del departamento que rentamos juntos, aquí comenzó todo.
Pase los mejores meses de mi vida. Él se convirtió en todo mi mundo. Pero al parecer yo no fui nada en su vida.

Tiro mi cigarrillo al suelo y lo piso con mi bota, me quedo apoyado contra la puerta de la camioneta pero luego lo junto y lo tiro a una cajita de metal que tengo en el asiento de copiloto.
No puedo tirar basura a la calle, un toc que tengo, no pega con mi apariencia de chico peligroso,
-pero cuido el ambiente jaja

Después de unos minutos pensando en nada se me ocurre

-Aaa, ya sé, ven aquí tú
Abro la puerta y lo tomo por la camiseta para sacarlo del vehículo.
Con la otra mano alcanzo mis dos mochilas de la caja de atrás.

Arrastro mi carga hasta el segundo piso por la escalera y llego a la vieja y rústica puerta 4b

Tiro mis bolsos y apoyo mi frente en la superficie, me recorren escalofríos y siento un dolor de cabeza empezando en mi lado izquierdo.

Una vez que logro estabilizar mi respiración saco mis llaves del bolsillo y  mis dedos seleccionan sin ayuda de mis ojos, una llave pequeña y tan familiar.
Abro la puerta con mis manos temblorosas y al entrar mi mente se llena de imágenes y recuerdos. El olor tan familiar me hace querer llorar.

Empujo al tipo hasta tirarlo en un rincón y con la cadena y el candado lo ato a las rejas de la ventana en la sala.
Está abierta y el lugar usado, pero limpio y ordenado.
Reviso la cocina, impecable, hay una taza y una cuchara descansando en el escurridor. La cafetera tiene café, mi café por supuesto.
Después de unos meses de convivencia le enseñé como prepararlo pero nunca quiso hacerlo, se sentaba en la barra y me veía o charlábamos mientras el hacía el tocino.
Hay un libro de medicina en la encimera, -ha estado pasando tiempo aquí.

Desde que llegaron los chicos y empezó todo este tema con Marcus y este otro tipejo, casi no vinimos aquí. No había tiempo y ya nada fue igual.
Solo lo usábamos como escape para pasar un tiempo separados o cuando estábamos muy calientes.
Desde que le dije que lo amaba esa noche nuestra perfecta vida cambió, nos alejó, nos separó y no sé por qué

Me siento en la barra a esperar que caliente la cafetera

A veces me encuentro arrepentido de haberle dicho te amo, porque a pesar de que no era una relación de amor abierta y libre para que todos nos vean enamorados, estábamos felices juntos. Pero a la misma vez siento que fue el momento en que salió, tomé coraje de porfin decirle cuanto lo amaba. Eran mis sentimientos y le gustara o no tenía derecho a decirlos.

Me sirvo café y siento mi alma volver a mi cuerpo. Mi taza, mi cafetera, mi casa. Sólo falta él riendo por alguna pavada junto a mi.

Lo vi convertirse en un hombre, eramos compañeros, hablábamos de cosas de la vida, confiábamos en nosotros, pero ahora después de meditar un tiempo, me doy cuenta de que nunca, ni él ni yo fuimos claros con lo que queríamos.
Siempre dejé que lleve todo a su ritmo, no soy idiota, algo le pasaba entonces y definitivamente la misma cosa sigue atormentandolo, pero seguí ciego siendo su apoyo, su fuente de información, su conejillo de India, fui su todo durante casi 4 años.
Tomé decisiones por él como si fuera yo quien mandara en todo, eso lo noté desde un principio, pero lo vi por el lado de que era un chico sin experiencia y torpe, nunca pensé que tuviera que ver con otra cosa. Después de mi declaración de amor el cambió, muchísimo. Fue frío, distante, y mucho más dominante. Creó un carácter fuerte que gritaba aléjate de mi o te disparo.
Dejó atrás ese niño inocente, dulce y divertido.

Toda nuestra relación fue rara en varios sentidos, y debo admitir que poner sus sentimientos por encima de los míos tanto tiempo me jugó en contra, no fui claro con él y el no lo fue conmigo, hay cosas que no me ha contado de su vida anterior, nunca interpreté su cambio de personalidad como, no sé miedo talvez? Ahora, eso es  algo que podría explicar mucho, que le tuviera miedo a tener una relación o a ser gay por ejemplo
-Que más?
Hago una lista de errores a hablar cuando tenga el valor de verlo.

Me asomo a comprobar a mi invitado, esta dormido en el suelo con las manos para arriba por la cadena.
Es muy temprano en la mañana y el café esta nuevo, ha pasado la noche aquí y por muy poco tiempo no nos cruzamos. 
-dios mío, me late rápido el corazón

Voy al baño y a buscar ropa limpia para cambiarme
La cama que usualmente usábamos era la de su cuarto pero está hecha perfectamente y cuando pasó a mi cuarto por la ropa veo que esta desarreglada, lentamente me acerco y sin pensarlo más de una vez, me acuesto enterrando mi cara en la almohada.

-mmmmm
-Dios mio ese olor
-Te extraño tanto Kevin

Hablo con mi rostro completamente hundido en la suave tela.
Las lágrimas brotan de mis ojos sin compasión.
-aaaaaa, por que tengo que amarte así? Por qué es tan doloroso?

Lloro desconsolado, hacia varios días que no me daba un ataque de llanto así, creí que ya había llorado lo suficiente
-Pero por lo visto mis ojos tienen...

-Pedro

Mi crisis es interrumpida por la voz más sexi que escuche en toda mi maldita vida
Está aquí

-mierda y ahora que hago?
Estoy completamente inmóvil
-oh maldición no puedes callarte pedro?
-sigo hablando en voz alta, carajo!
Aprieto mis labios para dejar de hablar tanto va a pensar que estoy loco o algo Revoleo mis ojos tanto que me duelen

Desde que te perdí -3-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora