Antes de que su mente pudiera entender lo que estaba pasando, su cuerpo ya había tomado el mando.
Buscó a Hyunjin por todos lados. En su apartamento, revisando cada rincón desesperadamente. Cuando no encontró nada, corrió a la casa de Felix, rogándole que le dijera algo, cualquier cosa sobre dónde podría estar Hyunjin. Felix frunció el ceño al ver su angustia y trató de llamar a Hyunjin una y otra vez, pero solo recibió silencio a cambio.
Ahora, se encontraba corriendo cerca de los lugares donde solía encontrar al pelinegro, esos lugares que había aprendido a vigilar con el tiempo, con la esperanza de que aún pudiera dar con él.
La última opción, que en realidad debió ser la primera, era el departamento de Hyunjin.
No estaba seguro de cuánto tiempo había pasado corriendo, pero llegó al edificio con el corazón en la garganta. Golpeó la puerta con una desesperación palpable, cada golpe era un cada vez más preocupación. Cuando ya estaba a punto de rendirse, la puerta se abrió lentamente.
—Hyunjin... —murmuró, alzando la vista y encontrando a Hyunjin con los ojos hinchados y las mejillas rojas por las lágrimas. La imagen era dolorosa, casi insoportable.
Hyunjin lo abrazó con fuerza, como si temiera que se fuera a desvanecer. El abrazo fue tan fuerte que sintió cómo sus hombros se empapaban con las lágrimas del otro, pero no le importó en lo más mínimo. Todo lo que quería era estar ahí.
—No quiero irme, Min —sollozó en su hombro— No quiero someterme a una cirugía, pero no aguanto las críticas.
Sus palabras se entrecortaban entre sollozos, y el dolor en su voz era evidente. Minho se había prometido cuidarlo, pero era tan evidente que había fallado en el proceso.
—No tienes que hacer esto —dijo Minho, con voz suave y tranquilizadora, mientras sus dedos recorrían la espalda de Hyunjin con ternura, tratando de ofrecer algún consuelo mientras escuchaba los hipidos de su llanto, que no parecía tener fin.
Hyunjin se apartó lentamente, mirando a Minho con unos ojos llenos de una tristeza profunda. Sus lágrimas caían sin control, y sus pensamientos no paraban de abrumarlo. Con un suspiro entrecortado, trató de hablar, pero su voz temblaba y se rompía con cada palabra.
—Tú no entiendes, Minho —dijo finalmente cuando su voz se estabilizó, sus palabras cargadas de una desesperación que casi parecía ahogarlo.—Me gustas.
—Hyunjin...
—¡No, déjame terminar! —Hyunjin interrumpió rompiendo en llanto nuevamente, desplomandose en el suelo.— Realmente me gustas, desde hace mucho tiempo. Pero cuando te acercaste pensé que desaparecería, nunca tendría una verdadera oportunidad contigo. Incluso cuando tú me hablabas, cuando estuve cerca de ti, no pude evitarlo, seguía enamorado de ti. Es como si, a pesar de todo, mi corazón estuviera atado a ti de una forma que no puedo controlar.
Hyunjin no podía mirar arriba, sintiéndose tan patético. El suelo frío le parecía un castigo añadido. Estaba tan deshecho que no podía seguir ocultando sus sentimientos.
—Y ahora, aquí estoy, rompiéndome en pedazos porque siento que nunca podré tener lo que realmente deseo —Seco sus lágrimas, riendo por sus adentros al ver lo patético que se sentía.
—Hyunjin, mírame, por favor.
Cuando Hyunjin alzó lentamente la vista, sus ojos todavía llenos de lágrimas, Minho no pudo soportar más el dolor que veía en él. Sin mediar más palabras, se inclinó hacia él, y sus labios encontraron los de Hyunjin en un beso suave pero cargado de un desesperado deseo. Era un beso lleno de un anhelo profundo, como si cada caricia de sus labios intentara transmitir todo lo que no podía decir con palabras.
Hyunjin se quedó inmóvil al principio, atónito y sorprendido por el gesto inesperado. Su corazón latía con fuerza, y el beso parecía calmar el tormento que había sentido durante tanto tiempo. Las lágrimas que antes caían incesantemente se detuvieron, y en su lugar, una nueva ola de emociones lo envolvió. Sus labios comenzaron a responder al beso con una intensidad que hablaba de un dolor reprimido y un deseo sincero.
Cuando finalmente se separaron, ambos estaban respirando con dificultad, el rostro sonrojado y el corazón en un torbellino de sentimientos. Minho, con los ojos llenos de una ternura que no podía ocultar, tomó las manos de Hyunjin entre las suyas, como si quisiera infundirle toda la seguridad que podía ofrecer. Su voz era suave pero llena de una profunda emoción.
—No tienes que seguir sufriendo. Estoy aquí para ti.
Hyunjin miró a Minho, sus ojos aún llenos de lágrimas, pero ahora también reflejaban una chispa de alegría. Sentir las manos de Minho sobre las suyas le transmitía una calidez que tanto necesitaba en ese momento. Había sido tan liberador compartir sus sentimientos, aunque el dolor de hacerlo era intenso.
—¿Aun si no soy bonito?—le murmuró Hyunjin, con un toque de tristeza en su voz.
—Lo eres —respondió Minho, sonriendo mientras le daba un tierno beso en las mejillas. El gesto provocó que Hyunjin se sonrojara, sus mejillas adquiriendo un matiz rosado.
PD: Recordar que Hyunjin está completamente sin nada en el rostro, debido a las lágrimas. Minho ya le ha visto sin maquillaje un sin contar de veces, su enamoramiento fue del Hyun que siempre conoció.
Perdonen los errores, aún soy principiante :((
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࣪ ָ֢ ⋆ Without ִ Makeup ˛˛ HyunHo ''
Romansa❝ Donde hyunjin usaba maquillaje en exceso para gustarle a Minho❞ ☆ Hyunho ; hyunjin +minho ☆ // Letters + / especial = / ☆ drama;; angst;; Fluff ...