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Un golpe contundente en la nuca de la diosa fue suficiente para que esta cayera al suelo, solo había sido un segundo de descuido, pero eso había bastado para que el demonio se acercará a ella y la dejará inconsciente, había sido sorprendentemente mas fácil de lo que pensó que sería, después de todo los rumores acerca de aquella diosa dejaban la vara bastante alta.
Zeldris observo por un momento a la chica inconsciente, supuestamente las diosas habían perdido sus formas físicas al sellar a su raza dentro del Ataúd de la Eterna Oscuridad, sin embargo ella mantenía su cuerpo real, ¿cómo era posible eso? ¿Algún truco de esas desagradables diosas? No... Si lo fuera seguramente hubieran sellado a los Arcángeles, no a una aspirante a ser uno de ellos, porque por más que pudiera ser habilidosa, no llegaba al nivel de Los Cuatro Arcángeles.
Un bufido fastidiado se escapo de sus labios llevando su mano al mango de su espada, sin embargo al empezar a sacar aquella arma de su funda se detuvo, por alguna razón que desconocía sintió el impulso de volver a mirar a la chica, detallando por un momento las facciones de su rostro y el cabello tan peculiar que poseía, por algún motivo se le hizo familiar... Quizás del campo de batalla, si, eso debía ser, recordaba haber peleado repetidas veces con una diosa con características similares a las suyas, sin embargo...
Sin embargo, si solo era eso... ¿Por qué sentía su mano temblar al sostener el mango de su espada? Si mataba a esa diosa... Entonces se libraría de un molesto obstáculo que mas adelante sería un dolor de cabeza, era su enemiga por naturaleza, una diosa como aquella que había seducido a su hermano mayor y había desencadenado en tanto desastre y dolor para los suyos, ¿por qué entonces no podía alzar su espada contra ella aunque podría acabarla con tanta facilidad en ese momento? ¿Por qué parecía que algo dentro de él le impulsaba a no dañarla? ¿Por qué tenía esa extraña calidez en su interior...?
Retiro su mano del mango de la espada suspirando con molestia, ¿qué haría? Porque dejarla ir no era una opción tampoco, no iba a arriesgarse a que una diosa fuera a arruinar sus planes... Sin embargo una leve migraña no le estaba dejando pensar correctamente, empezaba a ser molesto y su paciencia empezaba a agotarse. Lo medito por un momento, tenía una idea, quizás era bastante descabellada, pero no le parecía mala idea tener un rehén por si llegaba ser necesario y así podría mantener a esa diosa vigilada para que no hiciera nada que pudiera ser problemático.
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