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- ¡Eso fue increíble, Mia! -Exclamó algo sorprendido Meliodas- ¿Cómo supiste cuál era el real? -
- ¿Uhm? ¿No crees que si fuera Elizabeth, tu lo sabrías también? -
- Oh eso tiene sentido -
Mia rodó los ojos y volvió su mirada a Zeldris quien aún lucía asombrado por lo sucedido y se aparto un poco con la intención de liberarlo, pero las ilusiones de Zeldris creadas por el Rey Demonio empezaron a cambiar su forma y a liberarse, era el mismo Rey Demonio quien se rehusaba a que liberaran a su recipiente, saltaron dispuestos a atacar a la diosa, sin embargo Meliodas se metió en medio, recibiendo el ataque y diciéndole decidido que sabía que su hermano necesitaba allí a Mia, atacando a las ilusiones y también liberando a su hermano menor, quien termino en brazos de su amada antes de ver al rubio.
- Meliodas... ¿Realmente viniste aquí a salvarme? -Preguntó aún incrédulo Zeldris, recibiendo en respuesta una pequeña sonrisa por parte de su hermano-
- Deja que haga algo como tu hermano mayor por una vez... Después de todo, tu eres mi único hermano menor, ¡Nos vemos del otro lado niños! -
Con esas palabras, el rubio desapareció de aquel lugar, dejando a Zeldris decidido a liberarse, aunque claramente el Rey Demonio no estaba nada a gusto con esa idea, afirmando que ese cuerpo era suyo y que jamás vería nuevamente a su hermano, pero Zeldris no se rendiría tan fácilmente.
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Mientras que en el mundo real los pecados capitales estaban cada vez ganando más terreno gracias al regreso de Meliodas al combate y a la ayuda de Diane, el mediodía se avecinaba también y con ello Escanor iba a dar todo lo que tenía, aún si eso significaba que fuera su vida en ello, con un ultimo The One, iba a a enfrentar mano a mano al Rey Demonio.
Aquel guerrero elegido por la Gracia del Sol que en mas de una ocasión había demostrado un poder inconmensurable, cerraría el telón de una vida que había iniciado en sufrimiento y soledad por ayudar a aquellos preciados amigos que habían cambiado esa soledad y a los que jamás podría recompensar lo suficiente.
