Capitulo 10

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Habían dormido abrazados toda la noche, por lo que habían despertado de muy buen humor.

Severus había ajustado un poco de la ropa de Sirius para ponerse, provocando una sesión de besos mañaneros. Aún no le había dicho en dónde estaban Dy y Lyn, cosa que ponía demasiado ansioso a Severus.

Carraspeó, llamando la atención del auror –¿Podrías prestarme tu lechuza? necesito mandar una carta y los muñecos– dijo nervioso.

–Claro... ¿a dónde?– preguntó Sirius con una ligera esperanza de saber dónde estaban sus niños.

–Yo me encargo de eso– evidentemente no le iba a decir que estaban con Bellatrix.

La mirada del alfa reflejaba que confiaba en él pero la preocupación no se disipaba. –¿Quieres escribirles algo?– ofreció el omega, haciendo que la mirada del contrario cambiara por completo a una luminosa.

Pasaron un rato escribiendo hasta que Black tuvo que irse a trabajar, dejando al Prince en total confianza de su hogar.

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Alessa se sentía demasiado frustrada, a tal grado que su padre había tenido que llevarse a Blaise para que sus feromonas no afectaran al infante, dejándola sola con su madre.

–No entiendo porqué tanto alboroto por un mestizo cualquiera– mencionó la alfa mayor con desdén, obteniendo una mirada de odio por parte de su hija, nada nuevo.

–¡Ya te lo dije! No es "un simple mestizo, bueno para nada". No solo me ofrece recursos sociales con sus amistades, sino que, tiene un largo linaje interesante–

Rosella suspiró fastidiada –Aún opino que fue un desperdicio matar a Lorenzo y a sus padres, con él vivo teníamos más acceso a la sociedad Italiana–.

Alessa gruñó molesta, su madre era consciente de que odiaba a Lorenzo, así que le había prohibido matarlo o atentar contra su vida antes de otorgarle un heredero, lo demás había sido obra suya.

–¿Al menos estás segura de que está con los Malfoy?

¿Dónde más estaría?

Su madre levantó una ceja, sugiriendo algo que la alfa se negaba a si quiera contemplar. –Madame Malfoy no permitiría que eso pasara

Las personas enamoradas se vuelven estúpidas, son cómo un perro con rabia, capaces de morder la mano que les da de comer– lo decía con tanto desdén que a Alessa se le hacía imposible la idea de que esa mujer si quiera fuera capaz de amar alguien más. 

Rosella suspiró –En fin. Ve a darle dos vueltas al patio y vuelves, tu padre no debe de tardar– quizás todo sería más fácil si no tuviera un hijo que cuidar.

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Queridos Evelyn y Dylan:

No tienen idea de cuanto extraño su presencia, estoy ansioso por terminar mis negocios para poder volverlos a estrujar entre mis brazos. Esta semana ha sido algo ajetreada pero me alivia el hecho de que estén con el tío Barty, eso me da la tranquilidad de no aburrirlos con aburridos problemas de adultos.

...

Cuando regresen, quiero presentarles a alguien.

Con todo el amor de mi corazón y esperando su regreso, papá.

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–Querida, deberías descansar, Severus va a volver, confía en él– dijo Lucius tristemente.

–No puedo, mi cabeza no suelta la posibilidad de que algo le haya pasado y mi corazón no resiste la culpa de no haberlo seguido cuando salió– respondió con dolor.

Su amigo había salido ayer por la tarde después de recibir un paquete misterioso, un elfo le había avisado pero creyó que serían ingredientes mal entregados, por lo que no le dió importancia y siguió atendiendo a Draco. Sin embargo, la noche había llegado, sin señal alguna de que el omega volvería esa noche a dormir.

La alfa pasó en vela toda la noche, esperando frente a la chimenea a que el mestizo apareciera, ya que no tenían forma de ubicarlo y la ansiedad los consumía desde dentro.

Una elfina apareció frente al matrimonio –¡Ama Narcissa, el señor Severus está de vuelta!– esas palabras hicieron que la alfa se levantara descalza del sofá y corriera hacia la entrada, estaba agotada por la falta de sueño y llorar, lo suficiente cómo para romper los protocolos de sangre pura.

Lucius la persiguió con sus zapatos en mano, hasta llegar a la puerta de la mansión, donde se puso los zapatos para correr hacia las rejas pero en cuanto se acercó lo suficiente, su expresión cambió radicalmente.

Frente a ella había dos adultos conscientes de sí mismos pero ella veía a dos adolescentes a punto de hacer una estupidez por amor; quizás era la diferencia de años o el hecho de haber sido criada para ser una madre pero... sus manos se movían nerviosamente, queriendo salir y apartar a Sev de Sirius.

–Solo vine por mis cosas– dijo el omega, con la mirada en un arbusto de la entrada, mientras sostenía con fuerza la mano del auror.

–¿Qué?– preguntó el rubio, atónito.

–Lo platiqué con Sirius y... quiero... bueno, queremos intentarlo– respondió el omega nervioso, viendo fijamente hacia el suelo.

El ambiente se sentía tenso y abrumador, mientras que Cissy estaba inmovil en su lugar, Severus tenía un nudo en la garganta y Lucius quería salir para impedir que Black se llevara a su amigo.

Un elfo apareció con las maletas del pocionista, haciendo una última reverencia antes de desaparecer. Narcissa abrió una reja, mientras que Severus tomó sus cosas y le dedicó una última mirada.

"Lo siento"

En cuanto la alfa logró salir, el auror se había llevado al omega; la Malfoy se quedó estática viendo el lugar dónde antes estaban, consternada por lo que podría pasar por el hecho de que su primo se lo llevara.

–Voy a matarlo– murmuró Lucius entre dientes, a sus espaldas.

La mujer se volteó hacia su esposo con lágrimas en los ojos, habían procurado al menor desde que este tenía 11 años, ¿cómo se suponía que simplemente lo dejaran ir con alguien que le había hecho tanto daño?.

El rubio salió de la barrera para abrazar a su esposa, permitiéndole llorar en su hombro. No sabía cómo pero se iba a deshacer de quien osara lastimar a su familia. 


















💕✨: Larga vida a los homosexuales (yo) 🏳️‍🌈.

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