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En ese momento Souya no supo que hacer con exactitud, estaba atrapado con un psicópata, Rindo se le acercaba peligrosamente, sus palpitaciones estaban descontroladas, solo se le ocurrió agacharse cuando el Haitani intentó agarrarlo y correr lo más rápido posible.

-- ¡¡Ven, Souya, vamos a jugar!!-- Le gritó comenzando a perseguirlo.

Las apariencias engañan cuando ves la casa de lejos, en sus adentros era un verdadero laberinto de habitaciones iguales, al menos hasta que vio la salida, en cuanto la atravesó Rindo apareció por su costado y se tiró encima suyo, Souya ante la desesperación se agarró de cualquier cosa para alejarse del Haitani, cayéndose al piso fue que rasgó parte de la tierra con sus uñas al querer desplazarse y escapar.

Ante lo inquieto del Kawata, el mayor tomó un palo y lo golpeó en la cabeza con eso, aturdiendolo por unos segundos, durante estos dió vuelta al menor y lo sujetó de las muñecas.

-- Quiero follarte, siempre me pareciste tan lindo.-- Mencionó mientras le acariciaba la mejilla con su mano libre.

Souya le escupió en la cara como respuesta a sus asquerosos tactos, estaba odiado por lo que el Haitani hacía.

-- Eres un irrespetuoso, niño.-- Murmuró para luego volverlo a golpear con el palo.

El rostro de Souya ya estaba magullado y lleno de moretones por los golpes recibidos, al igual el de Rindo tenía arañazos por las uñas del Kawata, era la única forma de inculparlo si es que terminaba asesinando al menor, dejarle su ADN en las uñas y las marcas en el atacante.

-- Se bueno conmigo, si me dejas tocarte quizás te deje vivo.-- Juntó sus labios con los del Kawata.

Souya sentía la repulsión en carne propia, la saliva y sangre del ajeno le daban ganas de vomitar, y aunque intentara soltarse las manos no podía, el cansancio le estaba pasando factura de una forma horrible.

-- Eres una puta, como tu hermano lo fue.-- Habló entre risas--. ¿Recuerdas cuándo lo encontraron tirado en un descampado? Yo sé quien le hizo todo eso, pero no te lo diré.-- Besó su nariz.

La declaración había despertado el odio de Souya hacia la humanidad, recordaba bien lo que le había pasado a su gemelo, el funeral, las burlas, la separación de sus padres, todo había pasado el año anterior, cuando los gemelos recién empezaban la facultad.

Las lágrimas no tardaron en salir en cuanto vio la silueta de su hermano mayor, lo extrañaba, y ahora tendría el mismo final, sus amigos encontrarían su cuerpo desmembrado en esa casita y nadie sabría quién lo mató, solo él y moriría con ese sentimiento de culpa al no haber podido defender a su hermano.

-- No... Esto no va a pasarme a mí...-- Susurró y se soltó del agarre en sus muñecas.

El Haitani tuvo que poner más fuerza de la que había puesto antes, el peliazul no iba a rendirse tan fácilmente. Rindo volvió a golpearlo con el palo y pudo ponérselo en el cuello para dejarlo inconsciente, sin embargo Souya no dejaría que eso sucediera.

Unos momentos pasaron en donde el forcejeo se volvió vicioso, ninguno quería dejarse vencer.

-- Eres la peor mierda que pude haber conocido.-- Expresó el Kawata.

-- Tu hermano también era una mierda, mirá dónde está ahora, en una fría y solitaria tumba.-- Declaró burlándose.

Cada palabra del Haitani hacia que Souya se enfureciera más, fuerza de sus adentros salió a la luz y pudo soltarse antes de que el mayor hiciera demasiado presión contra su cuello y desmayarlo, lo empujó lo suficiente y con el mismo palo le pegó de lleno en la sien, no vio para atrás cuando intentó salir corriendo para llamar a sus amigos, pero Rindo lo tomó de los pies e hizo que se cayera, dándolo vuelta fue que se le puso encima y a toda costa quería tocarlo, quería violarlo.

Free Hugs | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora