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Los policías salieron de la casa con las cosas de Souya, ellos metieron la evidencia en bolsas de consorcio para evitar huellas dactilares, en ese momento Souya abrió sus ojos, pero aún más aterrado que antes puesto que el Haitani se había escondido nuevamente.

-- Joven Kawata, no encontramos al sujeto.-- Le habló un policía al golpetear la ventanilla.

El nombrado le quitó el seguro a las puertas para que el policía pudiese entrar. Luego de esto, rodearon el lugar con una cinta amarilla, el bosque entero estaría clausurado para la investigación.

Un patrullero regresó a Souya a su departamento, éste no había emitido un sonido desde el encuentro con el mayor.

A la mañana siguiente, sus amigos fueron a visitarlo, pero no les atendió.

-- ¿Creés qué obligarlo a que declare le afectó?-- Cuestionó chifuyu luego de bostezar, no había dormido bien.

-- No digas eso, fue mi idea el llevarlo.-- Reclamó el mayor--. Aunque... Me sentiré mal si se pone peor que antes.-- Rascó su nuca con pena.

-- Intentaste ayudarlo, es lo menos que podemos hacer por él.-- Se encogió de hombros.

Ya habían llamado a la puerta varías veces, pero nadie la abría.

-- Quizás salió un rato.-- Mencionó el más bajo.

Ante esto, Hakkai frunció su ceño, el Kawata nunca salía sin mandarles mensaje, y era demasiado extraño que no lo hiciera. Apoyó su oído en la madera de la puerta esperando algún ruido como la vez pasada, pero nada, solo un fuerte silencio estremecedor.

-- Algo no está bien.-- Murmuró por lo bajo. Luego de decir esto, un suave quejido se oyó del otro lado.

No lo dudó mucho, pateó la puerta con la suficiente fuerza hasta poder abrirla. Al lograrlo, lo que encontrarían les helaría la sangre. Había una silla tirada debajo de la soga colgada del techo, ésta estaba rota y se movía con lentitud por la brisa.

-- Este lugar da mucho miedo, el que Sou haya dejado de limpiar y todas sus cosas tiradas por todos lados... ¿Le habrá pasado algo?-- Preguntó el rubio al sentir un fuerte escalofrío.

-- ¿Por qué estas tan pesimista? Deja de hablar de esa forma.-- Le recriminó el mayor mirándolo con molestia.

-- S-solo digo que tengo un mal presentimiento, debemos sacarlo de este feo lugar.-- Refutó a su favor.

-- Si es que Souya está bien, no creo que sea necesario. Sabes bien que no le gusta dormir en otros lados.-- Recordó el más alto, tenia un motivo triste del cual solo ellos sabían.

La puerta del baño se abrió sin razón alguna, la luz de adentro se apagaba de a segundos, la sensación escalofriante les llegó hasta la medula. Sin embargo, luego de tragar saliva y tomarse de las manos, ambos caminaron lentamente hacia el lugar.

-- T-t-tal vez solo se rompió, no deberíamos husmear ¿Verdad?-- Murmuró el menor, Souya se enojaría si los descubre.

Hakkai lo ignoró por su propio miedo, tampoco quería estar ahí, pero algo lo llamaba, algo andaba realmente mal. Empujó con sus dedos la puerta para que se abriera aun más, al hacerlo notó el agua en el piso, se estaba inundando de a poco por culpa de la llave abierta en la bañera, la cual estaba desbordada en su totalidad. Ambos dieron unos pasos, no les tomaría más lograr ver el cuerpo inerte del Kawata dentro de aquella fría agua.

-- ¡Souya!-- Gritaron con horror.

Mientras el rubio cerraba la canilla, el mayor sacó al peliazul de la bañera, acostándolo en su regazo.

Free Hugs | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora