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Souya Kawata era conocido en la facultad por hacer cosas extrañas, ya era su segundo año ahí dentro y se sentía mejor después de todo lo que había pasado en su primer año, a él le gustaban las exploraciones urbanas, incluso tenía un pequeño canal en Youtube en el que grababa y publicaba sus viajes de verano o fines de semana donde visitaba alguna ciudad con algo perturbador, pero nunca se le dió por explorar el pueblo en el que vivía antes de mudarse.

Esa idea resultó de una subscritora de su mismo pueblo, una antigua compañera de él que le gustaba el tétrico contenido que ofrecía, así que se preparó mental y físicamente para volver a sus raíces.

El viaje en moto fue largo ya que quedaba a las afueras de Tokio, era un pueblo de poca gente y cabía la posibilidad de que aún los habitantes lo recordaran por ser el único de cabello rizado.

Al llegar, todo seguía igual a como se veía antes de que se fuera, hace ya 3 años, los negocios, las escuelas, incluso la vieja plaza donde de pequeño jugaba, todo seguía ahí, en su memoria y en su tacto.

Un mensaje le llegó en cuanto pudo agarrar señal en su celular, era la suscriptora de la idea, el mensaje decía que bosque adentro se encontraba algo muy perturbador que sí o sí debía explorar, aunque a ella le diese miedo el acompañarlo por las leyendas que se hablaban de ese bosque, supuestos fantasmas para ser precisos.

Souya se subió a su moto y emprendió viaje hasta la ubicación exacta de aquél misterioso lugar, quizás solo era una cueva como muchas otras a las que ha ido, pero esas conjeturas se esfumaron en cuanto vio el bosque, la ubicación decía que estaba justo en el punto, sin embargo solo veía hectáreas de arboleda, dejó su moto y su mochila a un lado, de esta misma sacó un pequeño dron de vigilancia al que le había mejorado las cámaras para que grabaran todo lo que se moviera.

En cuanto lo puso en el cielo, desde la pantalla de su control podía apreciar el paisaje de esos árboles, aunque la tranquilidad se fue de sus manos en cuanto vio una especie de casita con una puerta, al acercar el dron a la imagen notó que en la pared estaba escrito "Free Hugs", el decirlo en voz alta solo le dió escalofríos, había encontrado el lugar que la chica decía y tal vez no hizo que se acercara más por algún peligro.

Souya se sentía listo para ir a explorar, suspiró apenas cuando el dron salió del límite del bosque, no había nadie en este y supuso que no había peligros, al menos hasta que el dron captó algo a unos metros de él mismo, la cámara se giró sola apuntando a las espaldas del Kawata, se podía ver algo negro moviéndose con cautela entre el pasto crecido, Souya al darse cuenta de esto solo tragó saliva y sacó su celular para grabar detrás de él, al hacerlo aquél ser se levantó y lo miró, la imagen era muy clara, un hombre de capucha y máscara estaba a unos dos metros de distancia.

Souya pensó con rapidez una forma de escapar sin ser herido, intentó darse la vuelta y enfrontar lo que sea que quería ese tipo, pero al intentarlo ese hombre se le abalanzó encima, Souya fue ágil y en vez de recibir el peso solo se tiró hacia un costado haciendo que el sujeto siguiera de largo y caiga al piso, en ese segundo Souya sacó un arma de su bolsillo y le apuntó.

—– ¡¿Quién mierda eres?! ¡Respondé o te hago otro agujero en la cabeza!—– Reclamó con firmeza.

El hombre no le respondió, solo levantó las manos, tal vez no contaba con que Souya estuviese armado, en el caso del Kawata, esa arma la había conseguido legalmente al cumplir 18, estaba reglamentada y tenía permiso especial de portarla solo para defensa personal, era un regalo de su padre; quien era comisario en otro distrito.

Souya se apresuró a tomar sus cosas e irse sin dejar de apuntarle al hombre, no confiaría en nadie ya que estaba la posibilidad de que las personas hayan cambiado con el tiempo, aunque también le parecía raro ya que nunca habían problemas en ese pueblo tan tranquilo.

Free Hugs | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora