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El abogado de Souya entró a la celda donde lo retenían, debía crear una estrategia acorde a la evidencia que tenían, solo para reducir su posible condena de 8 años lo más posible, pues ese sería el tiempo que le darían si lo consideran culpable.

-- Ya no quiero participar de ese juego estúpido.-- Declaró decidido a dejar de aportar.

-- ¿De verdad quieres perder tu libertad solo porque son injustos contigo?-- Cuestionó sorprendido por lo dicho.

-- Me importa una mierda el estar 5 meses, 8 años o 2 décadas, solo quiero que dejen de joderme. La realidad es obvia, yo maté a Rindo, nadie va a dar la cara en contra de ello, soy culpable y me importa tanto que no hago nada, mi conciencia está limpia porque sé que me defendí.-- Reprochó sin medida.

-- No lo entiendes, no es por lo que vos pienses, debemos mostrarle al mundo la crueldad que esa familia trae encima.-- El sujeto se levantó de su asiento.

-- ¿Qué?-- Preguntó al no entender de que hablaba.

-- Souya... Ellos son unos criminales disfrazados, el señor Haitani tiene prostíbulos ilegales y toman a chicas menores como empleadas, la señora Haitani hace lavado de dinero con sus cuentas y Ran es una basura igual a Rindo, él mató a una persona de la forma más grotesca, pero el caso quedó impune y nadie de la prensa se enteró de su cometido.-- Confesó en voz baja por si los espiaban.

-- ¿Cómo sabes todo eso?-- El nombrado lo miró con sospecha.

-- Llevo investigandolos mucho tiempo, tengo miles de pruebas, por eso acepté tu caso, si ganamos el juicio podré hacer que los analicen y así encontrar todo lo ilegal que frecuentan hacer.-- El señor le aclaró la duda, no era nada que debía esconder.

Antes de que Souya pudiese decir algo en contra o a favor, uno de los guardias abrió la puerta, siendo acompañado por Hakkai.

-- El joven tiene 5 minutos.-- Ordenó el hombre abriendo la celda.

-- Los dejaré solos... Souya, piensa en lo que te dije.-- Mencionó el abogado retirándose junto al guardia.

El silencio predominó unos segundos, en donde ninguno se miraba.

-- Mi hermano no me dejó ir a visitarte... Y la mamá de Chifuyu ya no quería que siguiera siendo tu amigo.-- Expresó sentándose frente al menor.

-- No se preocupen por eso, lo importante es que están bien ahora, ya no hay quien vuelva a jodernos.-- Murmuró el contrario mientras clavaba sus ojos en él.

-- ¿Tú... Eh... Cómo has estado?-- Cuestionó con nerviosismo.

-- Con muchas dudas y sentimientos encontrados, pero bien, luego de la semana en el hospital por la golpiza que me dió Rindo ya no me he enfermado. En la cárcel me tratan con respeto, no he tenido problemas con ningún compañero.-- Musitó para después soltar un bostezo.

-- Me alegra mucho saber que estás bien y a salvo...-- El más alto sonrió de la nada.

Fue extraño para Souya volver a ver a su amigo sonreír, había pasado mucho tiempo desde la última vez.

-- Antes de que ocurriera todo esto del asesinato, recuerdo que querías decirme algo importante ¿Qué era?-- Formuló haciendo que el ajeno se ruborice.

-- Creo que no me acuerdo.-- El mayor fingió olvidarlo.

-- Sé que lo sabes... Y prefiero que me lo digas ahora, después de hoy se sabrá cuanto tiempo estaré en prisión, puede ser pocos o muchísimos años.-- Exclamó con molestia.

-- Está bien... Esa vez quería invitarte a salir porque me gustabas mucho, quería que Rindo dejara de molestarte para que pudieras centrarte en mí.-- Confesó más que sonrojado.

Free Hugs | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora