Aunque una parte de él le decía que debería tomarse un tiempo para procesar todas las emociones que estaba sintiendo, Midoriya no creía que eso fuera a ayudar en la situación. A su modo de verlo, mientras más energía y tiempo invirtiera en esta situación, más rápido podría resolver lo que sea que haya sucedido. Puede preocuparse por sus emociones luego. O tal vez, e incluso mejor, no haya emociones con las que lidiar cuando todo terminara.
Dejó pasar un tiempo relativamente razonable antes de su siguiente movimiento.
Lo había pensado hace un tiempo, pero si necesitaba más información sobre Kaminari, lo mejor sería preguntarle a las personas más cercanas a él. Ahora bien, siendo él una persona sociable, tenía una larga lista de personas con las que hablar. Empezar con la familia simplemente parecía lo más lógico.
Había conseguido su número de teléfono la noche anterior gracias a una llamada que hizo a la escuela, explicando que quería dar sus condolencias apropiadamente porque había estado demasiado aturdido en el funeral como para hacerlo en ese momento. Ningún profesor lo cuestiono mientras le dictaban el número.
Solo quería hacer un par de preguntas que pudieran orientarlo en la dirección correcta. ¿Lo habían notado extraño estos últimos días? ¿Había dicho cosas fuera de personaje? ¿Tenía problemas con alguna persona? ¿Había mencionado un nombre extraño estos últimos días?
Aun así, como había pensado, es más fácil pensar en las cosas en lugar de hacerlas. Estuvo unos largos minutos contemplando el teléfono antes de decidirse a realizar la llamada.
—Estarás bien. Solo unas preguntas. No dudes.
Un timbre. Luego dos y luego tres. La llamada fue redirigida a una voz robótica que lo solicitó dejar un mensaje de voz después del tono. Colgó la llamada, suspiró antes de tomar aire y volver a marcar. Tuvo el mismo resultado.
En realidad había sentido un gran alivio cuando nadie contestó la primera vez, y luego de la segunda se cuestionó dejar de insistir y hacer literalmente cualquier otra cosa. Al fin y al cabo, ¿cuál era la necesidad de molestar a dos personas que estaban sufriendo?
Aun así, marcó el número por tercera vez. Si nadie le contestaba, lo tomaría como una señal y simplemente dejaría un mensaje de voz. Buscaría otra manera de conseguir información.
Midoriya recordaba a los padres de Kaminari el día del funeral. Una mujer con ojos tristes y un hombre con rostro cansado. No se veían como malas personas, y Kaminari nunca había mencionado algo malo sobre ellos. Aunque en realidad no es como si les hubiera contado muchas cosas en su momento. ¿Había mencionado a su familia alguna vez?
—¿Hola?
La voz débil de la mujer del otro lado de la línea lo sacó sorprendió. Por un instante los nervios se apoderaron de él.
—¡Buenos días, señora Kaminari! Soy Izuku Midoriya, era un compañero de clase de su hijo...
Trastabilló con sus palabras y miró al suelo, ligeramente apenado. Tal vez ese no había sido la mejor manera de comenzar la conversación.
—La vi el otro día en el... funeral —continuó—. Quería saber si puedo hacerle unas preguntas sobre su hijo, solo tomará un par de minutos. Si está bien para usted, por supuesto, no es necesario que lo haga si no quiere, aunque sería muy apreciado...
Del otro lado de la línea solo recibió silencio. Esperó un par de segundos antes de volver a tomar la palabra.
—¿Señora? ¿Se encuentra bien?
Más silencio. ¿Quizás la línea había sido desconectada? Midoriya consideró cortar la conversación y volver a llamar en otro momento, pero el sonido de los pasos de una persona al otro lado del teléfono no se lo permitió.
ESTÁS LEYENDO
¿Quién asesinó a Kaminari Denki?
Mystery / ThrillerAquella llamada telefónica le había informado algo que nunca hubiera esperado que sucediera. Denki Kaminari había sido encontrado muerto en su departamento, debido a heridas autoinfligidas. Pero para Izuku Midoriya esa no es la verdad. Cada parte de...