Mei Hatsume seguía apuntándole con un arma aun cuando había sido dirigido al centro de la sala, observado por todos los presentes. Desde aquel lugar privilegiado, podía notar que había más personas de las que había pensado en un principio, ocultas por las sombras de la cueva.
—Baja ese arma, Mei —indico el hombre que había traído paz hace unos momentos—. No somos salvajes.
La chica asintió, bajando el arma y retrocediendo un par de pasos, aun cuando sus ojos seguían fijos en Midoriya. Mientras tanto, el miedo dentro de Izuku había sido reemplazado por una ira burbujeante contaminada por la traición.
—¡Ustedes son los que mataron a Kaminari!
Algunas de las personas presentes retrocedieron un paso, mientras que otras corrieron la mirada, como si estuvieran avergonzados. Sin embargo, la mayoría permaneció impasible con sus ojos no visibles clavados en él.
—Si, supongo que fue nuestra culpa lo que sucedió —asintió el hombre—. Lamento mucho que eso haya sucedido.
La ira fue reemplazada por incredibilidad.
—¿Te estas... disculpando?
—Nunca pretendimos herir al niño. Lo lamentamos profundamente.
No entendía que estaba pasando. Simplemente no.
—¿Quién diablos son ustedes?
—Somos personas iguales a ti, Izuku Midoriya —su nombre saliendo de los labios de ese sujeto hizo que le dieran ganas de vomitar—. Solo personas que quieren ser capaces de salvar a los demás. No es nuestra intención lastimar a nadie.
Izuku bufó con ironía, sin creerles.
—Entonces, ¿dices que puedo irme de aquí sin ningún rasguño?
—Bueno, no realmente. Fuiste guiado hasta aquí por una razón, ¿no lo crees? Hay respuestas que deseas obtener, y este es el primer lugar al que has llegado que puede darte respuestas claras.
—¿Guiado? ¿Por ustedes?
¿Habían usado un quirk o algo para llamarlo hasta ese lugar? ¿Para atraerlo, como una planta carnívora atrae a una mosca?
—No por nosotros, muchacho —respondió el hombre, negando con la cabeza— sino el Llenador del Espacio. El Dios que Viene de la Oscuridad.
¿Uh?
¿El que?
—No estás hablando de un Dios Cristiano —afirmó. Su cabeza daba vueltas y se sentía enfermo.
—Por supuesto que no. Estoy hablando del Dios Antiguo, que habita en la oscuridad del más allá.
—Estás loco —soltó. El hombre ni siquiera se inmuto—. Tú. Todos ustedes. Incluso tú, Hatsume. No puedo creer que estes involucrada con gente así.
Ella solo se encogió de hombros.
—Dime, muchacho —el hombre continuó, ignorando la incredibilidad de Izuku—, ¿no has notado la decadencia de esta ciudad? ¿El ascenso de los villanos? Hay un motivo simple por el que todo esta ha estado pasando. Es porque la gente sigue abandonando a los Dioses Antiguos.
Una parte de Izuku quería desesperadamente preguntar por qué importaba, si realmente dependía de alguien, pero se mordió la lengua.
—La relación entre los Dioses y los humanos es muy simple. Mientras nosotros permanezcamos fieles a ellos, ellos nos protegerán. Hace muchos años atrás, en una cámara más profunda que esta, uno de nuestros ancestros fue llamado por esta deidad para que viniera hacía él. Él habla en el lenguaje de los dioses. Invisible al ojo desnudo, invisible a todos excepto para los elegidos. No puedes oírlo, no puedes imaginarlo, todo lo que puedes hacer es esperar hasta que seas elegido. Y entonces hicieron un trato: mantendrá la ciudad viva y prospera, mantendrá a nuestras familias sanas y salvas, y a cambio deberemos alimentarlo y buscarle un recipiente cuando el momento llegue.
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¿Quién asesinó a Kaminari Denki?
Misterio / SuspensoAquella llamada telefónica le había informado algo que nunca hubiera esperado que sucediera. Denki Kaminari había sido encontrado muerto en su departamento, debido a heridas autoinfligidas. Pero para Izuku Midoriya esa no es la verdad. Cada parte de...