Últimamente estaba teniendo estos sueños. Todo el tiempo. Sueños donde el mundo estaba siendo destruido, todo mientras él lo observaba suceder. Podía ver la muerte y destrucción a su alrededor, las vidas siendo extinguidas por la oscuridad. Lo peor del asunto es que no se sentía mejor al despertar.
Cuando Midoriya decidió que ese día debía hablar con las personas cercanas a Kaminari, realmente no sabía que estaba esperando. Lo único que sabía es que ahora mismo se encontraba parado dentro de una habitación oscura, observando como Kirishima estaba acostado, envuelto en sábanas y formando un bulto en su cama.
La madre de Kirishima lo había dejado pasar, advirtiéndole que estaba teniendo un mal día. Había asentido, diciendo que haría su mejor esfuerzo para no alterarlo, y ella lo había mirado con una expresión que claramente quería comunicarle que no la estaba entendiendo.
De todas formas, ya se encontraba dentro de la habitación. Y por el momento, todos los intentos de hacer que Kirishima respondiera a sus comentarios habían sido infructíferos. Sus saludos y las preguntas básicas de comunicación social (¿Cómo has estado? ¿Cómo te sientes? ¿No crees que es un clima agradable el que tenemos hoy?) solo habían sido respondidas con monosílabos o movimientos de la cabeza, y Midoriya se estaba quedando sin opciones.
—Kirishima, necesito hablar contigo, por favor —intentó, ya rindiéndose en comenzar con una conversación normal—. Se trata de Kaminari.
Ahora, eso parecía haber llamado su atención. Observó como el cuerpo de Kirishima se tensaba.
—Hay algo que necesito preguntarte de Kaminari —comenzó—. ¿Notaste algo extraño con él antes del incidente? ¿Algo que haya dicho? ¿Alguna persona extraña con la que se haya cruzado? ¿Hizo algo que normalmente no haría?
El bulto en la cama permaneció inmóvil un par de segundos, hasta que el rostro cansado de Kirishima emergió. Se veía cansado.
—¿De que estas hablando? —murmuró, confundido.
Midoriya tragó saliva.
—He estado pensando esto desde hace algún tiempo. Hay muchas cosas extrañas sobre el... incidente, y realmente creo que no fue lo que dicen que fue. No creo que Kaminari haya cometido suicidio. Creo que alguien le hizo esto.
—Nadie le hizo esto, ¿bien? —repuso Kirishima, incorporándose en la cama y sacudiéndose el cabello—. Se le hizo a sí mismo. Se fue sin decir adiós, dejándome aquí abandonado.
—Eso no es cierto...
Kirishima soltó una risa amarga.
—Me abandonó, a mí y a todos, porque nos dejó de querer —jadeó Kirishima antes de sollozar—. Porque ya no éramos suficiente para él. Quizás nunca lo fuimos.
—Eso no es así, y lo sabes...
—¡Entonces explícame por qué se ha ido! —la ira aumentó de nuevo, pero la confusión inundó sus sentidos.
—¡No lo sé! —Midoriya gritó en respuesta y Kirishima dejó de llorar porque, oh, Dios mío, Midoriya acababa de gritarle—. ¡No lo sé, pero estoy tratando de averiguarlo!
Midoriya no supo qué decir. O hacer, para el caso. De repente, su mente estaba en blanco y sus piernas casi colapsaron debajo de él, sentándose frente a la cama de Kirishima.
Kirishima no respondió, bajando la mirada mientras permanecía sentado en la cama. Había envejecido años en minutos, sus hombros se hundieron en la derrota, su aire general de emoción se evaporó.
—Nunca pude despedirme —dijo Kirishima en voz baja, con lágrimas en la garganta—. Y odio eso.
Midoriya asintió, pero no dijo nada más. No creía que Kirishima estuviera buscando una respuesta.
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¿Quién asesinó a Kaminari Denki?
Mystery / ThrillerAquella llamada telefónica le había informado algo que nunca hubiera esperado que sucediera. Denki Kaminari había sido encontrado muerto en su departamento, debido a heridas autoinfligidas. Pero para Izuku Midoriya esa no es la verdad. Cada parte de...