Capítulo 1: Un destino diferente

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-Alicia espera que saco el bolso, no te bajes todavía. -Una mujer de voz aguda comenzó a hablar-. ¡Alicia vení para acá! ¡No te bajes!

Frunció el ceño.

-Dale má, ¡nos está esperando la tía abajo! ¿Tanto te va a costar agarrar las cosas? -Respondió una joven irritada.

Distintas voces y sonidos comenzaban a sonar en sus oídos.

-Feli vení, dame la mano. Acá nos bajamos. Agarrá tu muñeco, dale.

Un molesto ringtone comenzó a sonar.

- ¿Hola, si? ¡Ah, Ricardo! ¿Cómo andas loco? Bien bien, estoy por bajarme del colectivo, recién llego a La Plata... -El hombre que hablaba por teléfono a los gritos comenzó a descender.

- ¿...?

Poco a poco, comenzó a despertarse.

-Disculpá. -Entonces, sintió un pequeño toque en el hombro. Aquello lo sorprendió, así que se vio obligado a abrir los ojos-. Te aviso que ya llegamos a La Plata. En 15 minutos salimos de nuevo en viaje.

Una joven con uniforme que atendía a los pasajeros le sonreía.

-Ah...muchas gracia'. -Se incorporó en su asiento, mientras se quitaba la manta de encima.

-De nada, que estés bien. -Ella le sonrió, mientras se daba media vuelta y se iba.

Al fin, había llegado a La Plata. Su destino.

¿?

Un segundo.

"¿Cómo que La Plata?" Pensó frunciendo desconcertadamente el ceño.

-Eh, ¡disculpa! -Se levantó de un salto de su asiento, y llamó a la joven empleada-. Perdón, ¿dijiste La Plata? ¿Falta para llegar a CABA?

- ¿Cómo? Jajaja. -La chica no pudo ocultar su risa-. Disculpame. Estamos en La Plata, ya pasamos por CABA. ¿Está todo bien?

Se quedó helado.

¿Cómo era posible? ¿Acaso se había dormido tan profundamente que se pasó su parada?

-Eh...si, si. Muchas gracia'. -Le dio una sonrisa forzada, mientras se giraba para volver a su asiento y agarrar su mochila.

"Tiene que ser una joda..."

Sacó su celular, con la esperanza de que sea toda una confusión, pero para empeorar la situación, estaba muerto.

-Que bien. -Dijo con ironía, mientras miraba la pantalla negra, que no encendía. Se había quedado sin batería-. Ah....

Suspiró pesadamente.

"Dios, ayudame por favor." Mientras enviaba sus plegarias al cielo, bajó las escaleras del micro de larga distancia y sacó su ticket para mostrárselo al hombre que entregaba las valijas.

El hombre de expresión aburrida leyó el papel y sacó un bolso color marrón.

-Acá tenés el tuyo.

-Muchas gracia'. -Tomó sus pertenencias con fuerza y comenzó a caminar, fuera de la plataforma de los micros.

Había mucha gente, algunos yendo y otros viniendo, cada uno con sus propios problemas.

Y él, era uno más del montón. En muchos problemas.

"¿Y ahora qué hago?" Mientras se movía entre la multitud, seguía pensando en cuál debería ser su plan.

Se había quedado dormido, se bajó en otro lugar, y como si fuera poco, ya no tenía batería. Estaba desorientado.

Cuando salió de la Terminal de Ómnibus, miró a los lados, buscando algo que le pudiera servir. Jamás había estado en La Plata, así que todo le resultaba extraño.

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