Capítulo 3: El motivo de viajar

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-Así que acá dormí' con tus hermano' digamo'. -Miró con curiosidad la habitación, mientras pequeñas gotas de agua se deslizaban por su cabello.

-Sip, así es. Yo duermo en esa cama y ellos en la litera. El escritorio lo compartimos, igual que la compu. -Señalaba con la mirada las distintas cosas de la habitación, posando sus ojos en la notebook que recibió del gobierno...desviándolos ocasionalmente hacia esa cabeza mojada.

El dormitorio de los hermanos Guardis era compartido. Agustín era el único con cama individual, y la cama marinera estaba del otro lado del cuarto. A un lado tenía un enorme placard de madera clara, que compartían todos. Las paredes de dos colores, eran blancas y verdes. Éstas tenían algunas decoraciones también. Juan, el del medio, tenía una gran pasión por el arte, y le gustaba mucho dibujar; tal así que había varios de sus dibujos empapelando el muro.

- ¿Y esas cosa'? -Marcos señaló unos adornos en la pared sobre el cabezal de la cama del pelinegro.

- ¿E-eso? Ah, son recuerdos, chucherías. -Tartamudeó por ese llamado de atención-. Cuando era chico fui BoyScout, ese es mi cuchillo, mi hacha. Esa placa con mi nombre me la regaló mi viejo cuando fuimos a Mardel, la bandera Argentina por obvias razones jaja. Y esa cruz fue un regalo de mi abuelo, es muy especial para mí.

El castaño quedó admirado ante aquellos datos. Agustín ya le parecía alguien interesante, pero también resultó ser sensible. No pudo evitar dedicarle una sonrisa dulce al escucharlo, ya que había algo que tenían en común.

-Yo también tengo una cruz colgada así como vo'. E' un poco más grande, pero está a la misma altura.

-Noo, me jodés. Al final tenemos un montón de coincidencias vos y yo, jaja. -Comenzó a reírse nerviosamente-. Che van a ser las dos y media. ¿Querés que veamos si cargó algo tu celu?

-Sí. -Marcos cerró su bolso tras guardar la ropa usada y salió.

Se había dado una ducha tibia, pudiendo desprenderse de aquel olor a sudor y limpiar un poco las malas energías que traía después de tantas noticias negativas. Antes de entrar, había llevado una remera, un short y un bóxer limpios, para no salir desnudo por la casa. Luego de cambiarse, se pasó frenéticamente la toalla por su cabello mojado, pero de todas formas no pudo secarlo lo suficiente, así que pequeñas gotas rebeldes aparecían en sus puntas. Tras salir, se encontró con Agus llevando sus cosas al cuarto. Extrañado, le preguntó que hacía, lo que provocó que se sobresaltara. Claro, no fue más que una confusión. Agustín le explicó que no sabía si había llevado una muda de ropa al baño, así que por las dudas llevó sus cosas a su habitación para que tenga privacidad.

Entonces, volvemos al principio.

-A ver, lo prendo. -Marcos tomó su móvil y lo desconectó del cargador, apoyándose en la pared.

-Dale. Me voy a servir agua, ¿querés? -Agus por otro lado, estaba frente a su heladera, buscando la botella.

-Sisi. -Curiosamente, Marcos forzaba levemente la vista mientras veía su teléfono-. Tiene 30%...algo cargó por suerte. Voy a mandarle un WhatsApp a Enrique.

- ¿Te doy la contra del Wifi? -Le dio su vaso con agua en la mano-. El nombre es "Familia G" y la contraseña "Sentencia97".

- ¿Y esa clave por qué? -Pura curiosidad.

-Es el nombre de la banda de mi viejo. Es vocalista, es una banda de rock. -Sonrió orgulloso-. Admiro mucho que nunca dejó de hacer lo que le gusta. De hecho, es muy bueno componiendo canciones.

- ¿En serio? Que espectacula' boludo. Me gustaría escuchar. -Era la primera vez que se topaba con un padre miembro de una banda de rock. Algo que nunca había conocido en Salta.

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