capítulo 12. Extra 1. La première fois

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Harry baja del taxi, después de agradecer cuándo el conductor lo ayuda a bajar sus maletas, una sonrisa formándose en sus labios cuándo ya está colocando la llave en la cerradura para abrir la puerta de su hogar y escucha cómo los perros ya están ladrando dándole la bienvenida.

Son las 8 de la mañana de un frío lunes, realmente tendría que haber llegado el martes a las 5 de la tarde, pero había un vuelo en la madrugada y decidió tomarlo, ya no podía estar más tiempo sin ver a la pareja. A sus esposos, cómo Louis decía.

No esperaba encontrar a nadie en la casa, pero cuándo un adormilado Edward apareció desde la cocina, con una taza de café, Harry ya estaba corriendo hacía sus brazos.

- Amor. - Saluda el mayor, riendo y besándolo. - Pensé que llegabas mañana.

- Me adelanté.

-Me alegra. ¿Te preparo el desayuno? - Pregunta, acariciando con una de sus manos la cintura de Harry, que se ha acurrucado en su pecho.

- No, quiero darme un baño y dormir. Responde, frotando su mejilla contra el cuello del alfa, que sonríe enternecido.

- Te prepararé la tina.

- Está bien. - Responde Harry, tomando la taza de café que Edward le tiende y dándole un sorbo. Arruga la nariz y se obliga a pasar el amargo líquido. - Le echaré azúcar...

- Está bien, hay pan en el horno por si quieres comer algo, ¿sí? Come algo antes de dormir. Y con ésto dicho, después de que Harry asienta con una tonta sonrisa y un beso húmedo, Edward toma las maletas de su gemelo y las sube hasta la habitación.

Había extrañado mucho el tener a Edward complaciéndolo todo el día. Es que era el mejor alfa del mundo. Si bien es cierto, ambos eran los alfas de Louis, Edward siempre estaba cuidándolos a ambos, atendiéndolos y mimándolos. Harry se moría de amor cada vez que Edward le llamaba de una forma cariñosa, ó cuándo le dejaba el desayuno listo antes de irse al trabajo.

Edward era un caballero naturalmente y Harry adoraba eso.

Después de agregar 2 cucharadas de azúcar al café y tomar un croissant, Harry subió las escaleras, suspirando cuándo el olor conocido le invade las fosas nasales. Olor a hogar.

Edward sale del baño, secando sus manos en sus pantalones de pijama, se dedican una suave sonrisa y el mayor de los alfas se acerca al armario, sacando una pijama para Harry, que lo mira sentado desde la cama terminando su improvisado desayuno.

Carajo, está muy enamorado.

- Edward, ¿hoy no irás a trabajar?

- No cielo, tengo una reunión a las 5, pero será por una de éstas plataformas virtuales.

- Está bien, ¿Lou se fué hace mucho?

- Sí, a las 7 cómo siempre, saldrá a las 4:30 del trabajo. Se alegrará de verte, te hemos extrañado mucho.

- Yo también.

Edward le dá un beso en la frente y cuándo está por apartarse para ir por su desayuno Harry lo toma de la mano, alzando la mirada.

- ¿Tomas el baño conmigo?

Harry no está hablando de sólo tomar un baño. Edward lo sabe.

Llevaban 6 meses juntos, 6 maravillosos meses. Llenos de besos, amor, risas y soporte mutuo. Por supuesto que también lleno de mucho sexo, no había lugar dónde no le hayan hecho el amor a Louis, juntos ó por separados, no importaba realmente.

No siempre tenían sexo los 3, ya que quitaba mucho tiempo, dejaban a Louis destruido y sí, quitaba mucho tiempo. Ninguno de los alfas tenia problema con que tengan sexo por separado, sin embargo y aunque no debería estar implícito - ya que ambos son alfas y gemelos. ellos aún no tenían intimidad el uno con el otro.

MÉNAGE Á TROIS  - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora