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El restaurante, elegantemente decorado, rebosaba con la refinada esencia de un lugar exclusivo

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El restaurante, elegantemente decorado, rebosaba con la refinada esencia de un lugar exclusivo. Sin embargo, esa atmósfera sofisticada solo aumentaba la incomodidad de Taeyong, quien, a pesar de lucir una buena vestimenta, se sentía como un pez fuera del agua en aquel mundo de formalidad y etiqueta.

La recepcionista lo guió hasta una mesa donde se divisaba un figura castaña sentada elegantemente, haciendo que su corazón se agitara con furia en su pecho.

Jaehyun estaba allí, esperándolo, pero el corazón de Taeyong latía con fuerza, como queriendo escapar de su propio cuerpo. La sensación de no estar preparado para enfrentar esa situación le invadió de inmediato, haciéndole desear retroceder y huir de esa inminente conversación.

— Jaehyun... — murmuró apenas, sin moverse ni un ápice del lugar en donde se encontraba plantado.

La idea de defraudar a Taeyong con su presencia permanecía, cuando quizás esperaba encontrarse con otra persona, comenzó a abrumarle a Jaehyun. La incertidumbre y el temor lo paralizaban, llevándolo a cuestionar la decisión de estar allí en ese preciso instante.

— ¿Te decepcionó que no sea la persona que esperas? — preguntó Jaehyun, su voz resonando en el aire cargado de tensión, tratando de controlar su propia inquietud y nerviosismo.

La pregunta resonó en los oídos de Taeyong, agitando su mente ya confundida por completo. ¿Por qué se sentía molesto? ¿Era por la mentira que había sostenido o simplemente por el hecho de que Jaehyun no recibía al individuo que esperaba encontrar?

— ¿Vas a quedarte ahí? — insistió Jaehyun, dando espacio a Taeyong para que finalmente reaccionara y se acercara a la mesa.

La tensión en el aire era palpable, como si el tiempo se hubiera congelado en aquel lugar y ambos estuvieran encerrados en una burbuja de expectativas rotas. Taeyong se encontraba en un torbellino de pensamientos, pero sus palabras parecían enredarse en su garganta, incapaces de encontrar salida.

Cada parte de su cuerpo transpiraba ansiedad; las palmas de sus manos parecían estanques de sudor, su frente se perlaba con gotas de inseguridad. Se sentía atrapado en un torbellino de emociones desbordadas, sin saber cómo iniciar o qué decir.

— ¿No tienes nada que decirme? — Jaehyun no levantaba la mirada, sus ojos oscuros se mantenían fijos en la mesa, como si evitaran un encuentro visual directo.

La pregunta resonó en la mente de Taeyong, sacudiendo su mundo interno. Como si hubiera perdido la respiración por un instante, levantó la vista para encontrarse con esos ojos profundos que parecían juzgarlo con dureza.

— ¿Q-Qué? — apenas pudo articular, su voz temblorosa reflejaba la tormenta emocional que vivía en ese momento.

El cuestionamiento de Jaehyun lo dejó sin aliento, desorientado. La incredulidad inundó su ser.

¿Desde cuándo Jaehyun sabía la verdad? Se preguntó a sí mismo, su mente girando en busca de respuestas.

— Sé que lo escuchaste — afirmó Jaehyun, su postura demostraba su descontento — ¿Fue tan bueno mentirme?

— Jaehyun y-yo... — Taeyong titubeó, intentando reunir el valor necesario para hablar y finalmente soltar todas las palabras que había ensayado tantas veces bajo la ducha, deseando que fueran certeras y sinceras como en aquellos momentos de soledad.

— ¿Por qué? — Jaehyun interrumpió, adelantándose a lo que el pelimorado pudiera decir — ¿Por qué lo hiciste?

Taeyong inspiró profundamente y decidió armarse de valentía para enfrentar la situación. Sosteniendo la mirada de Jaehyun con determinación, buscó en su interior las palabras más honestas.

— Quería decírtelo — comenzó con sinceridad — De verdad quería hacerlo, pero temía decepcionarte — admitió con un deje de pesar en su tono — Porque no soy ella, nunca lo fui.

— Me doy cuenta — dijo Jaehyun, su respuesta resonó en el ambiente, cargada de comprensión y pesar.

El restaurante parecía envuelto en un denso silencio, solo roto por el crujir de emociones palpables. Taeyong, luchando por mantener su compostura, sentía un nudo en la garganta, y sus ojos brillaban con la angustia reprimida que estaba a punto de salir en forma de lágrimas.

Jaehyun, al ver el brillo húmedo en los ojos de Taeyong, sintió una punzada de preocupación y compasión que lo desestabilizó aún más.

— Solo quería algo lindo como lo tienen la gran mayoría de personas — los ojos de Taeyong se empañaron con lágrimas que luchaba por contener, pero su lucha era evidente para Jaehyun, quién se sintió afectado al ver el tormento del más bajito — Creí conseguirlo contigo, pero toda esa mentira sabía que me iba a alejar de ti en algún momento porque, cómo verás, yo no soy la persona que tú esperabas.

Jaehyun se apresuró a responder, intentando reconfortar al pelimorado en su angustia.

— Admito que al principio fue una atracción meramente por la apariencia — Jaehyun trató de explicarse rápidamente — Sin embargo, eso no fue todo...

Una pausa tensa se apoderó de la atmósfera. Jaehyun inspiró profundamente, decidiendo ser completamente sincero.

— La verdadera razón por la que me atraes fue por la forma desinteresada con la que hablabas conmigo, llevaba buscando algo así hace mucho — confesó con sus orejas ruborizadas, evidencia clara de su nerviosismo — Siempre pensé que enamorarse por aplicaciones era una estupidez, hasta que te conocí.

El corazón de Taeyong dio un vuelco repentino, un torbellino de emociones lo invadió, mientras luchaba por contener el estallido de emociones que amenazaba con salir a borbotones.

— También te debo una disculpa por mi comportamiento cuando nos conocimos, fui demasiado brusco — Jaehyun bajó la cabeza avergonzado — Estaba cegado por mi propio enojo desde que supe toda la verdad, y eso me hizo actuar de manera impulsiva y estúpida.

— ¿Cuándo te enteraste? — preguntó Taeyong, su mente bullía de sorpresa e inquietud ante la revelación de Jaehyun.

Su deseo era ocultarse de todo y de todos, pero su curiosidad se interpuso antes de que pudiera considerar escapar.

— Uno o dos días antes del fin de semana en la residencia — Jaehyun sonrió un poco, tratando de suavizar la tensión — Tenías vinculado tu número de celular con Twitter e Instagram, y a decir verdad, creo que es lindo que hablaras tanto de mí en tus tweets.

El rubor cubría las mejillas de Taeyong, sintiendo cómo el calor ascendía por su rostro. Estaba seguro de que sus mejillas podrían estar humeando en cualquier instante.

— Tranquilo — Jaehyun sonrió mostrando sus encantadores hoyuelos, haciendo que el corazón del pelimorado latiera descontroladamente — No voy a juzgarte. Como te dije, pienso que fue algo lindo. Pero esperaba que nuestro encuentro en la residencia fuese para hablar, o al menos eso planeaba Johnny, mientras yo solo estaba enojado.

Mientras Jaehyun llamaba al camarero para realizar sus pedidos, Taeyong se sumergió en sus propios pensamientos. Estaba tan inmerso en su reflexión interna que no notó el tiempo que había pasado. De repente, el camarero estaba frente a él, tratando de llamar su atención para tomar su pedido.

— ¿Señor, se encuentra bien? — preguntó el camarero al ver la expresión confundida en el rostro del comensal.

— Sí, sí, lo siento. ¿Estaba hablando conmigo? — respondió Taeyong rápidamente para evitar que el camarero se preocupara más por él.

— ¿Qué le gustaría ordenar?

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