Se busca a Caleb wittebane

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A mi parecer, las cosas cambiaron demasiado en Gravesfield. Por un tiempo estuvimos en paz con los lobos que habitan aquí, pero parece que las manadas han aumentado en cantidad, la población se reducía por los constantes ataques de los lobos, por lo tanto los cazadores del pueblo tuvieron un rol importante.

En el caso de Caleb y yo, me convertí en un adolecente extrovertido, al cumplir mis 16 años, Caleb me dio la opción de trabajar con el y ayudarlo en el taller, lo cual yo acepte. Por parte de Caleb, técnicamente ya era un adulto, como ya era mayor de edad le dieron la oportunidad de faenar como cazador, en su caso no le gusto mucho la idea pero a mí me encanto. Con muchas suplicas lo pude convencer a que aceptara aquel trabajo, al final termino haciéndome caso y por suerte yo también entre a laborar como cazador.

"Cazador", en términos en si yo diera que sería "Cazadores de lobos", porque era lo único en que nos enfocábamos, solo eso, por su mismo nombre nuestro trabajo consistía en matar o atrapar aquellos lobos que se metían a las cabañas y se devoraban a los pueblerinos.

Recuerdo un día, en nuestro turno de noche. Caleb y yo nos encontrábamos en una parte del bosque abierta (sin árboles ni oscuridad), la luna iluminaba todo, sentados frente a una fogata. Yo me encontraba acomodando las redes y armas para cualquier situación, mientras tanto Caleb- que había estado toda la tarde en el taller haciendo un arduo trabajo- estaba descansando en el suelo completando la hermosura de las estrellas.

-Bonita noche ¿no?- empezó a decirme.

-Si- respondí ya terminando de ordenar todo y sentarme en el suelo.

-Solo espero que no venga ningún lobo por esta parte del bosque, me quiero evitar trabajo- agrego.

-Jaja, ¿desde cuándo te volviste tan flojo?- pregunte con una mueca.

-No soy flojo solo estoy cansado, no sabes cuánto trabajo hubo en el taller, con esto de las manadas, la gente está pidiendo más armas de acero, ¿dónde estabas cuando te necesitaba?

-Perdón, estaba ocupado con unos asuntos en la biblioteca.

-¿biblioteca?¿para qué? ¿desde cuándo te gusta leer?.

-Nada, solo quería leer algunos libros, ya sabes, para distraerme y potenciar mi conocimiento como lo dices tú.

-Está bien- Caleb puso fin al tema.

En realidad, por lo que iba la biblioteca era porque me había enterado que en aquel lugar se encontraban algunos libros que brindaban mas información sobre las brujas, estaba muy interesado en ese tema. Según los libros las describían: mujer malvada y de aspecto "desconocido", posee poderes o magia prodecedente de fuente "desconocida", tiene la habilidad de volar montada en una escoba. Aspecto hipoteco: lleva sombrero en punta, nariz puntiaguda, piel de color verde. Aunque aquella información parecía sacada de un cuento de hadas; no estaba totalmente convencido, no podía creer que haya tan poca información sobre ellas, aun así decidí seguir buscando datos.

Las nubles empezaron a cubrir el cielo nocturno, el brillo de la luna apenas se notaba. Estaba tan tranquilo, hasta que algo me hizo estremecerme. Nuevamente lo escuche, era el mismo sonido que hace años había oído, no me había acordado pero eso me hizo recapitular. Me pare a velocidad de un rayo, Caleb vio mi movimiento.

-¿Que pasa hermano?- se dirigió a mí.

-No nada, voy a darme una vuelta por aquí- le dije.

-Esta bien, no te alejes tanto- me ordeno.

Camine hacia una zona oscura del bosque, trate de ponerme en un lugar en que Caleb no me escuchara, al comprobarlo me dije a mi mismo.

-No, no- empecé a murmurar- creí que solo fue producto de mi imaginación, un sueño, no puede ser real.

Los ruidos hicieron más fuertes, hasta escucharse muy cerca de donde me encontraba.

-¿Que quieres de mi? ¿Quién eres? ¿Por que estas aquí?- empecé a cuestionarle, obviamente no me respondió- vamos Phillip ,cálmate- trate de tranquilizarme, las manos me sudaban y el corazón latía a mil- tranquilo.

Las manos empezaron a temblarme involuntariamente, un tremendo dolor de cabeza empezó a invadirme, me lleve las manos a la cien. Los recuerdos, visiones y voces que había oído y apreciado en aquel sueño vinieron como rayos en mi mente. Sentía punzadas en mi cabeza, mi vista estaba completamente nublada, no sabía lo que me estaba pasando, me tire de rodillas al suelo con la única esperanza de que eso pasara. Todo se calmo al cabo de un minuto, mi mente volvio a la realidad; me puse de pie rápidamente, regrese con rapidez al lugar donde estábamos Caleb y yo, al llegar me di con la sorpresa.

Caleb no estaba, sus armas estaban tiradas por un lado- nuevamente los ruidos empezaron- provenían de una zona más adentro del bosque, no había nadie, salvo un rastro de huellas. Las seguí con prisa.

-¡Caleb!- empecé a dar gritos diciendo su nombre- ¡Caleb!

Al ver que las huella ya daban su fin, en la oscuridad del bosque, lo vi, era Caleb y frente a el, la misma criatura que había visto años atrás, apresure el paso, mi corazón latía y gotas de sudor salían de mi frente. Lo vi acercarse a ella, trate de llegar lo más rápido posible para tenerlo pero se encontraba a un buen tramo de distancia.

-¡Caleb espera! ¡Caleb!- parecía no escucharme.

Con cada paso que daba mis pies se hundían en barro, el suelo se hacía cada vez más difícil y me costaba correr en aquel terreno. Cuando estuve a punto de llegar hasta el, una luz cegadora salió procedente adonde se encontraba, no pude apreciar lo que paso.

-¡Caleb! ¡NO!- al iluminar casi todo el ambiente del bosque y apagarse tenuemente, vi que mi hermano había desaparecido.

-¡NO! ¡CALEB!- me dirigí corriendo hacia la zona donde el se había encontrado- no, no, no- me dije a mi mismo- ¡CALEB! ¡CALEB!.

Los ruidos sospechosamente habían dejado de escucharse.

-!¿DONDE ESTA MI HERMANO?! ¡¿PARA QUE LO QUIERES?! ¡¿DEVUELVEMELO?!- suplique, me coloque de cuclillas, gotas de agua empezaron a correr de mis mejillas, la cólera, la ira y la tristeza empezaron a apoderarse de mi- Debe de advertírselo, ¡esto es mi culpa!- empecé a achacar.

Los sonidos nuevamente comenzaron, eso me llevo a razonar.

-no, no- empecé a mascullar- ¡NO ES MI CULPA, ES LA TUYA! ¡NO SE QUIEN ERES! ¡NI QUIEN SEAS! ¡PERO TE JURO, QUE ME VENGARE, "MALDITA BRUJA"!- solo lo dije, no sabía si aquella criatura era lo que yo pensaba, "una bruja", aunque parecía loco, yo tenia la idea que aquel ser que se había llevado a mi hermano era una bruja.

El Diario de Philip WittebaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora