Llega el amor

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La campana ya había sonado, pero ellos no bajaban, seguían ahí, sin decir alguna palabra pero contemplando la figura del contrario. Bakugou quería hablar y preguntar pero su voz no salía, y en caso saliera odiaría que sonará temblorosa; Kirishima por su lado, admiraba la bella imagen frente suyo, unos ojos que viajaban a todo lado para no mirarlo, mientras que su labio temblaba levemente y su cabello era removido por el viento. Mueve la boca y dice la frase que Bakugou siempre quiso escuchar:

- Me gustas, Katsuki.

Sus ojos se abren mirándolo fijamente, estaba bromeando ¿Verdad? No podía ser verdad, era una mentira total pues no era normal que después de mandarlo a la mierda y decir un montón de cosas homofóbas, viniera a decirle esto. No estaba para bromas, estaba cansado de eso.

- No bromees conmigo. - Dice firme, frunciendo el ceño. - No estoy para tus estúpidas bromas.

- No es una broma, es verdad.

- Kirishima, por favor, ¿En serio piensas que te voy a creer? - El otro baja la cabeza, estaba consciente a lo que se refería. - Tus palabras ese día lo dejaron bien claro, esto es asqueroso ¿No? Entoncs no me jodas.

- Lo digo en serio, Bakugou. - Su insistencia, lo  hartaba, quería gritarle y golpearle hasta que deje de repetirlo. - Me gustas mucho y esa vez no pensé bien, me asustó el que dirán.

- Realmente eres un idiota.

- Lo sé, pero me gustas mucho, de hecho desde el primer día me dejaste como un bobo babeando tras de ti. - Sus palabra tiñen de rojo su rostro. - No sabía que hacer cuando me di cuenta de mi sentimientos y entonces me besaste, no supe que hacer que terminé haciendo todo lo contrario de lo que quería.

- Kirishima, ¿Por qué eres así?

[...]

No sabía que hacer, sus clases terminaron hace una hora, media hora atrás su vicepresidenta y secretario se marcharon, y él se encontraba oculto tras un montón de libros y papeles, reció a salir y tener que encontrarse con aquel pelirrojo que lo molesto tras su confesión extraña. Su celular vibra y el mensaje del pecoso diciendo que se encontraba cerca, de mala gana recoge las cosas importantes o necesarias para el día próximo, saca su paraguas y se coloca su bolso en el hombo. Su andar era desconfiado y para su mala suerte una mano tocó su hombro y él dio un pequeño salto.

- Presidente. - La voz del tesorero del consejo hizo que se relajará. - ¿Se encuentra bien?

- ¿Para que me detiene?

- Ya tengo el informe sobre el festival y la ceremonia de graduación.

- Esta bien, gracias Shinsou. - Responde aceptando los informes para guardarlos. - Mañana te informo si hay algo mal.

- Claro.

Se aleja, su corazón empezó a palpitar normal y regresó a la compustura normal que mostraba a la gente. Baja las escaleras hasta llegar al primer piso, su amigo y el novio de este se encontraban ahí, coqueteando como normalmente le contaba su amigo; niega con la cabeza y sale del edificio cubriéndose con el paraguas, ya se mencionó antes que esta temporada no es su favorita, antes hubiera hecho el esfuerzo para amar a ese paisaje, aunque viéndolo bien, no era más que una lluvia triste y meláncolica que lo llevaba a los recuerdos que iba a olvidar. Midoriya lo ve y se acerca junto con el de cabello bicolor, sorprendido por la diferencia de altura entre los tres, pues el peliverde era el menor en altura, después él le seguía y por último el bicolor, quien diría que tendría un novio muy alto.

- ¡Kacchan! - Dice el peliverde lanzándose a los brazos del nombrado. - Te demoraste mucho.

- Tuve un inconveniente al venir y... - Sus palabras fueron interrumpidas por el grito de un chico, reconocía esa voz y realmente odiaba eso, lo avergonzaba frente a un amigo cercano y el novio de este.

Un beso bajo la lluvia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora