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- Te tengo, bebé - sonrió guiñando su ojo con picardía tomándome del aire

Sonreí encantada por ese vistazo al verdadero Enzo ese que reprimió después de lo que pasó con su hermano

La pista siempre sacaba lo mejor de nosotros, todos desaparecían a nuestro alrededor en cuando tocamos el hielo y nos adueñamos de nuestros espacios; nuestros pasos eran coordinados sin la necesidad de ninguna palabra como si nuestros corazones bonbearan al mismo ritmo

El tiempo se iba tan rápido estando aquí dentro que nunca tenía suficiente, mis pulmones se llenaban de la frescura del lugar con la seguridad del calor del hogar

- Eso ha estado muy bien, chicos - grito Tatiana desde el límite - Es momento de parar - informo golpeando el pequeño muro que la separaba de nosotros

- No - me queje haciendo un puchero para Enzo

Rio colocándose frente a mi - Hoy no, Hopie - siguió patinando hacia atrás

- Por qué - pregunté sin abandonar el puchero

- Termine muy cansado, amor - informo jalandome con él hacia la salida - pero podemos estar en la banca ¿Qué te parece? - propuso

- De acuerdo - sonreí - parece que Francia aún no se da por vencida - le señale con la barbilla cómo se encontraba discutiendo con Tatiana

Nego tomándome de la cintura cargando con mi cuerpo - Eso jamás va a pasar

- Quizá un día de estos convenza a la entrenadora - explique dejándome llevar por él

- No tendré otra compañera - nego deteniendo su mirada en mi - No dejare que esto vuelva a pasar - indicó acariciando mi pierna izquierda

Andre no era mala persona pero no sabía trabajar en equipo, bueno todavía no sabe hacerlo

Sonreí abrazándome a su cuello - Lo sé

- Más vale que Tatiana también lo sepa

Enzo estaba aquí por una sola razón y lo había dejado en claro el día que me visito en el hospital; mi seguridad era su prioridad.

Arriesgue mi pellejo al aceptar como compañero a André pero los entrenadores habían comentado antes de emparejarnos lo buen patinador que era y de verdad que era impresionante

Él lo hacía solo pero creían que haría un excelente trabajo trabajando con otra persona y por desgracia fui el conejillo de indias de aquel experimento

Mi mejor amigo había reaccionado con miedo hacia mi persona aquella noche que por primera vez nuestras madres habían dejado aquel programa de competencias, estaban tan absortas en su plática que no presenciaron lo mucho que ese mundo me estaba absorbiendo

Fue cuestión de días cuando papá le pidió a mi madre que checara dónde podían hacer mi sueño realidad, días contándole sobre las competencias y entrenamientos que me comí con fascinación y él simplemente entendió que justo ahí veía mi futuro

- No va a pasar Tatiana - respondió Enzo cuando la vio acercarse con Francia pisandole los tacones

- No sabías siquiera qué iba a decir - rio ella sin presionarlo

- Simplemente lo sé y la respuesta es la misma desde que entré a esto - nego sentandome en la banca

Enzo podía solo tener trece años pero tenía el físico de un chico de 16, si veías a Francia junto a él sabrías porque estaba tan empeñada en el cambio de pareja

- No funcionó la primera vez, no lo hará la segunda - nego poniéndole las protecciones a mis navajas antes que a las suyas

Baje mi rostro avergonzada al escucharlo, ya había cedido a cambiar de pareja por lo complicado que era para la altura de Francia encontrar una pareja adecuada, mi error

Hope Donde viven las historias. Descúbrelo ahora