Por qué había gente tan estúpida, de verdad que no lo entendía
- Deberías callarte - sugerí esperando que fuera listo y simplemente lo dejara ir
- Tú deberías seguir tu sugerencia - me respondió con altanería, sin duda era hombre muerto
Me coloque frente a Enzo cuando sus pasos se dirigían al pequeño idiota para obstruir su camino. Había una sola cosa que siempre ponía en primer lugar antes que cualquier cosa y era mi bienestar
- Eres nuevo en esta escuela - le pregunté frustrada, Enzo no podía seguir metiéndose en problemas
- Eres estúpida - preguntó en cambio como su mejor respuesta
Las manos de mi mejor amigo me alejaron de su camino con delicadeza - Repite eso - resto moviendo su cabeza haciendo tronar su cuello
- Ella estúpida y tú un maldito sordo, qué falta - grito luciendose con su público
Me acerque a su espalda cuando trono su cuello con una sonrisa en el rostro - Zozo debo recordar que estás bajo amenaza estudiantil - recordé susurrando para que solo él me escuchará
- Me enfrentaré al director después de dejar claro que no puede hablarte así
Rodé los ojos - Me dejaras sola en esta escuela solo por este lastre al que le pareció divertido molestarme porque le avisaron que no lo pensará - señale al tipo flacucho que tenía toda la seguridad de que le ganaría a mi chico, pequeño idiota - papá me advirtió que sería la única y última vez que me cambiaba de escuela contigo
- Qué pasá, no sueltan tu correa - se burló pero Enzo ya no lo escucho y tampoco le importaba - Vamos pequeña perra suelta a tu guardian
- Mierda - susurré cuando si reaccionó a lo último, avente mis libros al suelo y me coloque frente al flacucho - Escucha bien, idiota - comencé levantando la mano a mi espalda para que miejor amigo se detuviera - Crees que con esto vas a tener un poco de respeto de estas pequeñas mierdas - pregunté señalando a quienes nos rodeaban - No mereces siquiera nuestra atención - le sonreí - pero aquí tienes la mía y aquí está mi respuesta - dije golpeando su rostro con mi puño cuando se agachó por haberle golpeado las bolas como me había enseñado papá - Ahora eres el tipo al que Hope Anders a dejado en el piso, mantente alejado de nosotros a no ser que quieras que los puños que toquen tu delicada piel sean los de Enzo la siguiente ocasión
Camine alejándome de el - Soy una chica fuerte, cariño - dije tomando mis libros de sus manos - No más peleas o ya no podré seguirte - pedí besando su mejilla
Asintió tomando mi mano dirigiendonos a nuestra aula - Lo siento - dijo caminando a mi lado
- No puedes reaccionar al primer idiota al que le parece buena idea insultarnos - le dije sin detenerme
- Si no lo hago podría convertirse en un hábito - señaló recostandose en su lugar
- Eres un chico con una moto en un lugar donde a todos los traen sus padres, tienes ese físico peligroso que a muchos aquí les gusta - enumere sus cualidades recordándole que tan arriba estamos - y tienes a una excelente persona como mejor amiga
- Lo sé, bebé - se colocó frente a mi deteniendo mi pasó para besar mi frente
- Qué importancia tiene lo que los demás opinen o digan de nosotros - acaricie su mejilla - Solo importa lo que opinamos el uno del otro, cariño - bese su nariz repetidas veces
Suspiro negando con una sonrisa - Eso no funcionará siempre - respondió abrazando mis hombros con su brazo derecho
- Lo usaré mientras pueda - susurré cuando la profesora entro dando inicio a la clase
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Hope
RomanceNunca conoces realmente a alguien, siempre hay sorpresas. Leer Hanna y Helena para mejor comprensión de la historia