Sirenita

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Viernes en la mañana y las personas del circo ya estaban listas para cualquier demostración artistica que les pidieran (estando dentro de sus capacidades). Cómo Javier, que se encontraba ejercitandose cual payaso disciplinado, o Ryan, igual a un atleta semi profesional.

— No, estoy muerto.— Soltó apenas él malabarista. Los amigos- primos se habían propuesto rebalsar su resistencia para tener la capacidad de realizar cualquier cosa que se les ocrriera, y así, poder crear su nueva rutina sin trabas (realmente no tenían que cambiarla toda). Pero muy vagamente habían conseguido hacer algunas lagartijas, al menos en el caso de Ryan.

— Vamos, me retrasas.— Dijo él payaso mientras continuaba alzandose de arriba a abajo cuál sube y bajas.

— ¿Qué, compartimos cuerpo? — Bufo.— Déjame ir al compás de lo que yo quiera.

— Ryan, vaz al compás de un perezoso.— Evidenció él contrario ya en su lagartija numero treinta.

Este suspiro con fuerza.— Estoy cansado, me tomaré un descanso.

Paso una hora y él único que siguió con el "odio mi cuerpo, así que lo hago sufrir" fue Javier. Con breves descansos y tragos largos de agua. Ryan en cambio ahora se movía como un gusano en el suelo porque deseaba saber cómo era su compas.

— Haz al caracol.— Pidió realmente interesado en las buenas imitaciones del otro.— Creo que entre el perezoso y la gaviota, gana el gusano.— Dijo con decisión.

Él malabarista asintio. Era lo mismo que había pensando. 

Los amigos de la sirenita y la misma, yacian en recreo decidiendo quién pagaría los boletos, quien irá por las golosinas, y lo que harían de encontrarse con alguno de los sujetos de antes. Debían ser muy meticulosos si no querían más problemas.

— Yo pago las entradas.— Se ofreció Ariel.

— Yo voy por las golosinas.— Alzó una de sus manos al mismo tiempo que soltaba la frase.— Entonces, ¿Que hacemos en caso de dar con alguno..?

— No creo que debamos hacer un alboroto. Con un hola o una conversación súper corta estaría bien.— Ambos estuvieron de acuerdo con la peli negra.— Bueno, ojalá las clases pasen volando.

— O mejor no.— Bromeó la castaña.

Estefanía no pudo contenerse de brindarle un sutil empujón, el que los hizo soltar risitas a los tres.

— Bueno, entonces ojalá solo nos divertamonos.— Les mostro una leve sonrisa.

— Claro que si. Yo solo espero que sea el mismo show que antes, la otra vez nos perdimos la primera parte.— Recordó él menor.

— Cierto. Ahora todo será diferente.

Payasos, Ariel y Manzanas #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora