Él malabarista alzaba sus botellas de goma cada vez más alto y alejado de sus manos. A Ryan le encantaba ver hasta donde podía llegar, o en caso de fallar, que haría para mejorar.
La escena había incentivado a Javier, su primo, a ensayar también. Un payaso comprometido le gustaba llamarse.
De repente al sitio en el que se encontraban los dos amigos se les sumo uno más, Andrés, quien se ocupaba de las entradas y también de administrar el dinero.— Ryan, te llama él jefe.— Dijo para luego desaparecer a los segundos.
— Suerte.— Le dijo él payaso al ver cómo se detenía y caminaba por el mismo lugar en el habían visto llegar al lacayo. Él malabarista le hizo una seña de "bien" con una de sus manos antes de finalmente retirarse. Dejo sus botellas junto a una pila de palos, eran los que sostendrían la carpa a la hora de ponerla de pie. Apenas habían llegado ayer, así que las cosas no estaban ni organizadas ni en espera de que fueran a hacerlo, al menos por unas horas más.
No era difícil saber la ubicación del maestro de ceremonias, o estaba en su casa móvil o sentado en alguna silla descansando. Y tal cual, apenas avanzó unos minutos cuando se topo con José Álvarez, sentado en una pequeña banca de madera.
— Ryan, necesito dos brochetas, puedes comparar tres y compartirla con javier.— Trato de contentar para no quedarse sin sus frutillas con glaseado de chocolate.— O dos, cómo quieras.— Se resigno a agregar al no recibir una respuesta rápida.
Él malabarista solo asintio. Aunque la sonrisa que se le había formado molestaba al hombre.
— Toma, está el dinero justo.— Dijo mientras elevaba los billetes a la altura de su mentón.
Él menor bufo.— Solo dame el dinero.— Siempre parecía ser él mayor desconfiado del mundo cuando se trataba de sus golosinas favoritas. Era increíble.— Si no vuelvo con ninguna será porque mi estómago prefirió conservarlas. Para que no te preocupes.— Comento con un tono más alto él joven al ya haber comenzado su camino hacia la tienda de dulces, a tres cuadras de donde se instalaría el negocio de fabulosos artistas.
Al volver fue inmediatamente con Javier para que tomara su palito de frutillas con chocolate, luego, sin prisa y mientras comía de su brocheta, fue hasta donde José para hacerle entrega de los dos palos que le correspondían.
Cuando volvía al sitio en el que estaba antes con él de oficio cómica, curiosamente se topo con la ausencia de los fierros de la carpa. Ahí también yacia algo más, pero no pudo recordar que. Procesando una cosa a la vez, se dirigió a Javier para preguntarle por los palos, dando con se los habían llevado para empezar a construir la carpa antes de que anocheciera.
Finalmente ambos comenzaron a caminar hacia el mejor punto para ver cómo se acomodaba todo. No tenían planeado ayudar aún, seguramente en unos minutos se acercaría José para llamarles la atención, así que no se preocuparían por ser unos desconsiderados mientras.
— ¿Estás seguro de que vendrá por nosotros?
— Absolutamente.— Contesto él malabarista.
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Payasos, Ariel y Manzanas #PGP2023
RomanceDistintos altercados sucederan tras el breve encuentro entre una joven estudiante y un malabarista con un inquietante amor por las manzanas.