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En lo que las manos de Seungmin acariciaban el suave y anaranjado pelaje de Paco, sus pensamientos estaban corriendo de un lado al otro. Una idea, un sentimiento y tres vasos de soda era lo que abarcaba el cuarto entero del pelinegro anteriormente rojizo.

Seungmin observa su reflejo en el espejo frente a él desde la comodidad de su cama y le es inevitable pensar en su cambio físico, extrañaba el cabello rojo de antes porque lo caracterizaba muy bien en cuanto a su personalidad juguetona y viva, sin embargo, el negro le quedaba perfectamente. Lo comparaba a la oscura noche y a los ojos de Chris, otra cosa que paseaba sin aviso por su cabeza.

El rubio guapo y misterioso.

Kim se preguntaba si la personalidad callada de Chris cambio a una un poco más tranquila o si su propia presencia, desde que entró en el libro, logró aquel cambio. Porque en todo este tiempo había escuchado a Chris hablar más de lo que estaba escrito. Incluso podía jurar que la cantidad de palabras antes se podían contar hasta en un número de tres dígitos. Así de callado. Pero ahora pudo presenciar a un Chris hablador y sarcástico. 

Odiaba a la autora del libro por no hacer una secuela en donde su rubio guapo y misterioso lograba tener un final feliz. 

Sin embargo, no solo eso pensaba Seungmin, también está el caso de Jeongin y Minho. La historia de amor que siempre quiso vivir en carne propia. No avanzaron nada, Kim no supo si estar feliz porque hasta ahora nadie, importante, haya muerto o triste porque no puede ver en vivo el amor real. 

Pero Seungmin jamás se rendía, era conocido por su perseverancia y a palabras de sus padres anteriores "una gigante terquedad de mula", y hará lo que sea para el final feliz de todos. Incluyendo el suyo.

Kim dejo de pensar al sentir una punzada de dolor en su mano izquierda, la cual acariciaba a Paco, y al ver los dientes filosos de su gato encajado justo en la palma no supo si gritar por el dolor o reír de la ternura. Al parecer Paco estaba disfrutando jugar de manera brusca con él. Tuvo que actuar rápidamente antes de seguir obteniendo más heridas de parte del pulgoso y en acto de valentía lanzó al gato levemente a alguna parte de su cama para levantarse y correr donde su papá. 

Una historia de amor trágica vivía Felix, o esas eran las exageraciones que el mismo pecoso pensaba

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Una historia de amor trágica vivía Felix, o esas eran las exageraciones que el mismo pecoso pensaba. 

Su ex novia ya había encontrado a alguien más en menos de un mes, ¿Dolía? claro que lo hacía. Para el pecoso era un tormento no saber expresar bien su cariño y atención a alguien, bueno no de la manera que los demás esperaban que hiciera. ¿Cartas, flores, abrazos y besos? Felix no podía hacer eso, no podía ser cariñoso y no tenía el ingenio para hacer regalos. Felix detestaba ser tocado por demás y peor aún obligado a hacer cosas que no quiere.

Muchas de sus anteriores parejas terminaron con él por esa misma razón, no entendía el por qué si él anticipadamente les avisaba sobre su manera de ser. Incluso a veces llegaba con ciertos regalos, que bueno para él lo eran, para compartir , como sus comidas o películas favoritas. Y él podía pasar horas y horas a su lado sin hacer nada, hasta les decía las mejores palabras de aliento cuando no se sentían bien.

Me metí en mi libro favorito (Chanmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora