overdrive || cutison

tres

Me cago en todo.

Si gente, otra vez está todo como el orto. Es más, decir eso es poco al lado de como están las cosas en realidad.

Llámenme exagerado pero, ¿como se sentirían si sus mejores amigos los reemplazaran por una persona a la que recién conocen? Como el reverendo orto, ¿o no?.

Así me vengo sintiendo hace como 25 días, desde que llego el señor Pedro Porro. Sonny, que es el "encargado" de recibir a los nuevos porque además de ser carismático tiene otras cualidades más que lo hacen ser el anfitrión perfecto. Cuestión que se paso los últimos dos fines de semana rechazando los planes conmigo. A tal punto que no fue a ver a Valen, quien lo quiere y lo extraña.

Eso nos lleva a la situación de ahora, Valentino llorando porque quiere ver a Sonny porque yo como un boludo le prometí que lo iba a ver si o si hoy pero me rechazo porque —"le voy a mostrar a Pedro un lugar para merendar".—

—Valen, hijo, para de llorar por favor— le digo mientras lo acomodo en la silla para darle de comer.

—Peo yo quiedo ve a Soso— me responde todo gangoso el pendejo, y claro si hace como media hora que está llorando.

—Esta ocupado hijo, no te puede ver ahora— lo veo que quiere hacer berrinche —pero, si comes te puedo llevar a que lo veas— la trato de arreglar.

—Bueno papi— me dice todo contento, no era tan complicado parece.

Mientras le doy de comer a Valen no puedo dejar de pensar en cómo nos dejó de lado por Pedro, es como diría mi mamá "un pelo de concha tira mas que una yunta de bueyes", aunque él nos abandona por un hombre jajajaja.

Para, a él le gustan los hombres por ende puede ser que....

No.

No.

No.

No le puede gustar Pedro a este culiado.

¿Y si están juntos ahora haciendo...?

No, no y no.

—¿Taba rica la papa, amor?— le preguntó mientras le limpio la boquita.

—Chi, papi— le doy un beso en la cabeza inhalando su perfumito.

—Vamos a ver a Soso entonces— lo alzo y empiezo a caminar a la puerta.

—CHIII— grita mientras agita el puñito, emocionado.

🔂

Una vez que estamos en camino a la casa de HeungMin me pregunto si estoy haciendo lo correcto o si me estoy dejando llevar por mis impulsos que me dicen, o mejor dicho, me gritan que vaya a asegurarme que no pasa nada entre el español y el coreano.

Seguro el otro ya se fue, digo, ¿cuánto tiempo piensa estar en la casa de Son? No creo que tanto, yo no estuve mucho tiempo en su casa la primera vez que me invitó. Pero bueno, yo soy yo y él es él. Por su bien, más le vale que no esté.

Cuando quiero acordar ya estoy caminando con Valen a la puerta del departamento. Toco el timbre y noto que el enano se sacude impaciente, mierda que lo extraña al chino.