nueve

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*todo hablado en argentino*

Mi percepción sobre el tiempo cambió significativamente desde que entre en razón sobre mis sentimientos para nada amistosos con cierto coreano.

Los días normales pasan rápido pero las horas de entrenamiento son eternas. Más cuando tengo que ser testigo presencial de la relación próspera de la persona que me gusta con una persona que no me termina de gustar.

Un respiro de toda esa situación de mierda es algo que veo con muy buenos ojos, ya no soporto el ambiente lúgubre que se cierne sobre el club y mis compañeros, encima, no hacen mucho para mejorar la situación, A eso le tenemos que sumar que Karen está enojada conmigo, por una razón que se empeña en mantener oculta de mí.

Ah, y me olvidaba de la frutillita del postre.

Sonny ya no me da bola, podrá parecer que estoy exagerando (algo que hago normalmente) pero esta vez fuera de joda, ya no existo para él.

Les explico porqué tengo esa impresión.

Cuando jugamos el último partido, tuve un encontronazo, típico de mí y mis partidos. Solo que esta vez Pedro quedó en el medio, por metido, como es metido en todo. Mi relación, es un claro ejemplo de eso.

-No es tu novio- me dice la voz molesta de mi cabeza, ah gracias, como si yo no fuera consciente de eso, la concha de tu madre.

Bueno, a lo que íbamos.

HeungMin en cualquier otro momento hubiera venido a mi, con su mirada preocupada y una mano extendida en mi dirección, tratando de tocar donde supuestamente duele o simplemente para sujetar mi mano en la suya mientras me da palabras de aliento, expresando su preocupación.

Esta vez no hubo nada, ni siquiera se dio la vuelta para verme, al menos para asegurarse que yo estuviera bien.

Nada.

No hubo nada.

Y cuando Pedro cayó, estuvo inmediatamente a su lado, ofreciéndole su enguantada mano para que se levante, una vez de pie apretó su hombro mientras le sonreía. El español le devolvió el gesto con un guiño, que fue respondido por el delantero con un sonrojo, mientras yo miraba todo a lo lejos, sintiendo los celos borbotear en mi pecho.

Eso era mío, para mí.

La mano enguantada, la sonrisita, el apretón de hombro, la concha de la lora, hasta el sonrojo era mío.

Ese tenía que ser yo.

Incluso después de todo esto, no puedo encontrar ni un gramo de enojo en mi que vaya dirigido al español, es más bien envidia.

Si, probablemente lo cagaria bien a trompadas, pero no puedo enojarme con él.

El tipo vino y se apropió de todo lo que Son ofrecía, algo que yo no hice por cagón.

Envidio que pueda hacer con el coreano todo lo que yo no puedo, porque deje pasar la oportunidad cuando la tuve.

Tampoco es como que fuera seguro que HeungMin siente lo mismo que yo, o sea, calculo que si. Porque uno no se deja coger por su amigo si no siente nada.

¿No? ¿O estoy loco?

No contesten a esa pregunta por favor.

Pero esta situación es todo mi culpa, por no saber interpretar las cosas.

Para cuando espabilo, estoy subiendo las valijas al auto de Licha. Nos pusimos de acuerdo para viajar juntos a nuestro país de cara a los amistosos de marzo.

Se me escapa un suspiro cuando cierro el baúl y otro más cuando me subo al auto.

—Che Cuti, yo se que estás mal por, ya sabemos quien, pero tampoco estés tan depre pa— acelera despacio para salir a la calle —a parte, lo mejor que podes hacer ahora es pensar en otras cosas, no se, ampliar los horizontes— dice riéndose.

overdrive || cutisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora