──Madre.──Saludo Hatice al ver a las tres mujeres ingresar a su palacio.──Gulfem, Mükerrem, ¿Qué las trae por aquí?
──¿Qué pasa contigo Hatice?──Pregunto La Valide al ver a su hija.──¿ Por que alejaste a Mehtap de ti?
──¿Que por que lo hice?── Hatice miro perdidamente el suelo.──Eso es evidente madre, por que ella es la causante de la muerte de mi Mehmed.
Gulfem y Mukerrem compartieron una mirada de preocupación entre ellas, mientras que Ayse Hafsa tomo las manos de su hija.
──Claro que no Hatice.── La Sultana obtuvo la atención de su hija.──Eso fue un accidente, no hay culpables, ni tu, ni Mehtap tienen la culpa.
──¡CLARO QUE LA TIENE, SI ELLA NO HUBIESE NACIDO YO NO HABRIA DESCUIDADO A MI MEHMED!── Grito Hatice mientras que las lágrimas caian por sus mejillas.
Ayse Hafsa simplemente suspiro y abrazo a su hija, para acariciar su espalda.
──Bien, dejala con nosotros, cuando se te pase el dolor podrás llevartela.
Unos cuatro meses ya llevaba en mi RD, en los dos primeros había estado intentando volver a mi RA, pero no lo logre, por lo que me rendi.En estos meses habían pasado algunas cosas, gracias a mí, Hurrem y Mahidevran se habían dado la oportunidad de conocerse, descubriendo que tenían bastante en común, haciéndose amigas.
Esta había sido una de mis metas cuando llegue aquí, por lo que no podía estar más que feliz, Aunque no todo era felicidad, después de todo ellas dos eran mis madres, por lo tanto doble regaño como se me cruzara hacer una travesura.
Por otro lado estaba el Sultán Suleiman, él cuál resulto ser un padre espectacular conmigo y con Mihrimah, nos consentía siempre y nos prefería antes de todos sus hijos, prácticamente éramos sus consentidas.
Actualmente estaba rodeada de todos los hijos del Sultán, es decir, Mustafá, Mehmed, Mihrimah, Selim y Bayaceto, pensando seriamente que íbamos a hacer.
──No se me ocurre nada.──Mustafá se echo en la cama dramáticamente después de decir eso.
── ¿Y si le regalo una pulsera?──Pregunto Selim con la pelota entre sus manos.
──Miren el lado positivo.──Habló Mihrimah obteniendo la atención de todos.──Al menos nosotros solo tenemos que darle un regalo a nuestras respectivas madres, no como Mehtap que tiene que pensar en doble regalo.
──Es cierto, ustedes la tienen más fácil.──Me queje mientras me colocaba mi cabeza en el hombro del Sol y La Luna.
En estos meses, ella se había vuelto mi favorita de todos ellos, era la más pausada, la más tranquila y la más inteligente, no como los chicos que siempre se andaban sacando la mugre con cualquier cosa.
──No te compliques la vida.── Mustafá mi miro.── Regalale lo mismo a las dos.
──Peor.──Resople.──Las conoces y a las dos les gusta destacar, por lo que regalarle lo mismo sería prácticamente herir su orgullo.
Y asi pasamos el resto de la tarde, discutiendo sobre que podríamos regalarles a las dos mujeres que se encargaban de velar por nosotros.
Paso una semana volando, y yo aún no tenía los regalos y ni los tendría, por que ya era el Eid, solo me quedaba admirar los regalos de mis hermanos.
Mustafá le regalaría a su madre un abanico de seda, Mehmed le regalaría a la Sultana Hurrem una cadena de plata, Mihrimah un broche para el cabello, Selim una pulsera y Bayaceto un cepillo para su cabello.
Y llego el momento donde todos entragaban sus regalos, momento exacto en el que desaparecí, haría una corona de flores para las dos y ya.
Me había gastado mi mesada consintiendo a Mihrimah y Selim, no tenía ni una moneda de oro y mi querido hermano Mustafá me dijo que no me iba a prestar plata.
Hice la corona en menos de dos minutos y se las lleve, las dos estaban riendo juntas.
──Mehtap, ¿Donde estabas? ──Pregunto Mahidevran al verme entrar.──Tus hermanos ya salieron a abrir sus regalos, faltas tú.
──Feliz Eid.──Dije entre jadeos y me acerque lo suficiente a ellas.──Sultanas, ¿Pueden bajar sus cabezas?
Las dos se miraron entre sí, pero asintieron y bajaron sus cabezas, aproveche para colocar la corona de rosas rojas sobre la cabeza de la Sultana Hurrem y la de girasoles sobre la de La Sultana Mahidevran.
──Es muy linda.── Sonrió Hurrem mirandose en el espejo.──Y lo mejor es que me queda bien.
──Ven aquí.── Pidio Mahidevran con una sonrisa mientras extendia sus brazos.
Corrí hacia ellos y me acurruque en su abrazo, si algo amaba en este mundo eran los abrazos y los de Mahidevran eran mis favoritos.
Mahidevran eran una excelente madre y Hurrem no se quedaba atrás.
Como deseaba permanecer de este modo para siempre.
Después del siguiente capítulo inicia el desvergue, por lo que disfruten esta etapa.
Se viene probablemente la etapa más turbia de la historia, ya que nuestra protagonista experimentara lo que era ser mujer en esa época.
Advertidos quedan, por favor no se olviden de votar <3.
Nos leemos.
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𝑀𝑒ℎ𝑡𝑎𝑝 𝑆𝑢𝑙𝑡𝑎𝑛|⁰
Historical Fiction"𝑺𝒉𝒊𝒇𝒕𝒊𝒏𝒈." , "𝑰𝒎𝒑𝒆𝒓𝒊𝒐 𝑶𝒕𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐.", "𝑯𝒖𝒓𝒓𝒆𝒎." 𝑬𝒏 𝒆𝒔𝒂𝒔 𝒕𝒓𝒆𝒔 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂𝒔 𝒔𝒆 𝒓𝒆𝒔𝒖𝒎𝒊́𝒂 𝒍𝒂 𝒔𝒊𝒕𝒖𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂, 𝒑𝒓𝒆𝒈𝒖𝒏𝒕𝒂́𝒏𝒅𝒐𝒔𝒆 𝒔𝒆𝒓𝒊𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕�...