𝑀𝑒ℎ𝑡𝑎𝑝 𝑆𝑢𝑙𝑡𝑎𝑛|⁰

¡NO TOQUES A MI HIJO!

──¿¡Que?!──Grite al escuchar lo que me informo Sumbul.

──Lo siento mi Sultana.

──Repite lo que dijiste.──Pedí acercándome a él.

──Aslan secuestro a los niños, el carruaje fue interceptado por los Safavidas.──Explico el Agha.

──Uno de los Sehzades es el traidor.──Dijo Mihrimah a mis espaldas.──Uno de nuestros hermanos es el traidor, uno de ellos es quién le ha pasado la ruta a los Safavidas.

──Esa es una acusación muy grave Sultana.──Sumbul miro a Mihrimah.

──Nadie más conoce esa ruta, solo la familia real.──Explico Mihrimah.──Cihangir no creo...¿¡Cihangir?!

──¿Que ocurre con el Mihrimah?──Pregunté.

──No lo he visto desde que inicio la guerra...──El sol y la luna palideció.──Maldita sea...

──¡Es imposible!──Grite.──¡Cihangir es incapaz de traicionarnos! Su lealtad es para Mustafá.

──No, se que el es incapaz de traicionarnos, a lo que me refiero es que...

──Cihangir vive.──Aseguré.

Como me arrepentía de haber dicho eso, Cihangir, más bien el cuerpo de mi pequeño hermano entro a los pasillos donde nos encontrábamos, Mihrimah soltó un grito de horror.

Nurbanu cayo al suelo al ver el cuerpo inerte de Cihangir y comenzó a sacudirlo con fuerza, si ella reaccionaba así no me quiero imaginar como reaccionaria Hürrem.

Kösem por su parte miro con tristeza la escena, era claro que la escena que estaba dando Nurbanu era desgarradora.

Recuerdo que claramente le pedía que se levantase, le suplicaba que se levantase, lamentablemente mi pequeño Cihangir era un cuerpo sin vida.

Mientras ella lloraba y gritaba, yo me percaté de que habia una nota que cayo cuando Nurbanu lo empezó a sacudir con violencia, me acerque lentamente y la agarré.

La leí, era de Aslan, la nota decía que si quería ver a mi hijo con vida, fuera a la ala oeste, eso en caso que no quería que terminase como Cihangir.

Sin dar explicación alguna e ignorando los gritos comencé a correr por los pasillos hasta el ala oeste, si le ha tocado un pelo a Kerem, le arrebatare la vida con mis propias manos.

Entré sin importarme nada y ahi lo vi, con mi hijo siendo sujetado por los brazos por dos guardias, mientras el lo miraba con odio fijamente a los ojos.

──¡NO TOQUES A MI HIJO!──Le grite.

──¿Cuanto más pensabas engañarme?──Pregunto el mientras jugaba con una daga en sus manos.──Dime, ¿Hasta cuando pensabas decirme la verdad?

──Si lo tocas te mato.

──¡Respondeme!

──¿¡ME VAS A PEDIR EXPLICACIONES A MI?!──Pregunte encolerizada.──¡Yo soy una Sultana!, ¡LA SULTANA MEHTAP DE LA NOBLE DINASTÍA DE ALÍ OSMAN, YO NO TENGO POR QUE DARLE EXPLICACIONES A UN MALNACIDO HÚNGARO!

Era evidente que mis palabras le dieron en su ego, justo donde más le dolía, su mirada lo decia todo.

──Tú me fuiste infiel múltiples veces.

──Yo soy un hombre y tengo necesidades tu deber como mujer era aguantarlo y estar disponible cada que yo lo desease.

──Pues no soy así.──Afirme sacando de mi vestido una daga, la cuál lance a uno de los hombres que sujetaba a mi pequeño.

──¡Maldita seas!──Grito enojado.

──Maldita y todo aún así te encaprichaste conmigo, tanto que te es imposible soltarme ahora.──Lo mire.──¿Sabes Aslan? Yo estoy enamorada, siempre he estado enamorada de un solo hombre, y por ese hombre soy capaz hasta de enemistarme con mi propia familia, y obviamente ese hombre es él padre de mi hijo.

──¡Lo voy a matar! ¡Voy a matar a Mustafá!──Amenazo él.

──No creo que puedas.──Reí levemente.──Él es un excelente guerrero, nunca permitiría que le tocases un cabello.──Mire al soldado.──Si aprecias tu vida, dame a mi hijo.

El verdugo solto a Kerem, él cuál vino asustado hasta mí, en ese momento me di cuenta que solo él estaba aquí, ni Rafat ni Esmehan, ni Onur o Gevherhan estaba aquí, él solo había secuestrado a mi hijo.

Una buena noticia para ellas, una mala noticia para mí, este loco verdaderamente era capaz de hacerle algo a mi Kerem.

Lo tome entre mis brazos y salí de la habitación dejandolo con la palabra en la boca, sí Aslan lo había traído nuevamente a Topkapi, significaba que mi pequeño estaba en peligro.

Ayse Hafsa, Hatice, Raziye o Cihan podrían hacerle algo, y yo no lo iba a permitir, comencé a caminar por los pasillos con el aún en brazos y mire con cautela a mi alrededor.

Me escondí en una habitación llena de joyas, por el diseño de joyas supe que esta era la habitación de Hurrem, por lo que toque un libro que daba a un pasadizo secreto.

Avanzaba aparentando tranquilidad para calmar a Kerem y al cabo de unos minutos encontre una habitación oculta, tenía una camada y suficiente espacio para que Kerem no se aburriese.

──Quédate aquí hasta que mamá venga a buscarte.──Lo deje en el suelo con una sonrisa.──No vayas a salir de aqui por ningun motivo.

──¿Me lo prometes?

──¿Ah?

──¿Prometes que vendrás a buscarme?

──Por supuesto que si mi pequeño, ire a buscarte como siempre.──Dije mientras le revolvía el cabello para luego salir de la habitación.