20. Expuesto

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Un semestre había acabado, con ello las fiestas de fin de año para volver a la escuela a terminar un año escolar. A pocos meses de terminar con las clases la presión en los chicos era demasiado grande. 

Spreen había dejado su manada, esto porque no quería que Carrera estuviera solo sin sus amigos, pero el omega se fue también. Su personalidad había cambiado bastante, siendo ahora un poco más agresivo y grosero. Ya no era el mismo chico dulce de antes, ahora era una persona respondona y desinteresada en otros. Sin embargo, entre momentos se podía ver que estaba viendo a Spreen a la distancia, buscando que lo vea o cruzar las miradas por accidente. Su omega seguía presa del interés por aquel alfa. 

Mariana notaba estas acciones del omega hacia el alfa, por eso mismo el chico se mantenía alejado de Spreen durante el receso para que este no tuviera problemas con él. Aun así, el omega no era ciego y su sentido del olfato se había desarrollado mucho más pudiendo percibir aquel aroma a cítricos y geranios. Como odia ese aroma, el chico se encuentra seguro que Spreen conoció a ese omega en las pasantías y que Mariana se encontraba cubriéndolo. 

El omega entonces decidió tomar acción, no quería que alguien más le viera la cara de idiota, no más. El omega busca a aquel "beta" sin manada. Ambos chicos ya eran lobos solitarios, así que no había alguien quien pueda tener un interés en lo que un beta fuese a hablar con un omega. El chico con aroma a fresas estaba esperando la oportunidad que el joven alto estuviera solo. El chico finge una sonrisa y esa vieja inocencia que antes tenia. Sin embargo, su imagen era distinta, su cabello revuelto, orejas debajo de sus ojos y su aroma ahora siempre que causa picazón a quien lo huele por mucho tiempo. 

El omega había planeado todo. Se encontró con el chico alto en el baño. Esperó a que la ultima persona se fuera y quedaran solo los dos en aquel baño. El chico cerro la puerta y despues se vio al espejo. Era extraño verse, podía jurar que un lado suyo estaba sonriendo mientras que la otra intentaba contener el aire. 

- Hola Mariana. - Dijo el chico cuando vio a Mariana salir de la caseta. El alto omega se sorprendió y no pudo decir nada. Solo se queda viéndolo sorprendido porque no se ve bien el omega de aroma refrescante. - ¿Por qué tan callado?

- Me sorprendí mien. ¿Como estás Carrera?

- Estoy bien, pero he estado mejor. - Dijo el chico rascándose la cabeza con esa sonrisa falsa. - Sabes hay algo que he querido hablar contigo, pero no he tenido oportunidad.

- Dime, podemos ir a otro lado a hablar. - Dijo Mariana queriendo ir a la puerta, no se encontraba cómodo al ver a ese omega. Sus dedos tenían algunas curitas de cicatrices que se hace debido a tanto que se rasca igual sus brazos tienen esas marcas. 

- No, es mejor hablar aquí en privado. Una vez te dije respecto a un omega, algo que me molestaba con Spreen y la pasantía. Sobre un aroma a cítricos que se queda en Spreen como el aroma a mierda que queda cuando pisas excremento. Ese aroma, aun despues que Spreen terminó su pasantía sigue quedándose en la piel de aquel oso trai... bueno eso es lo curioso.

- Yo no percibo ese aroma Carrera. No sé que decirte.

- Solo quiero saber la verdad, pensé que eras mi amigo la verdad. Me duele que me traiciones y cubras a ese omega. Dime Mariana. - Dijo Carrera dejando de sonreír. - ¿Dónde puedo encontrar a ese omega? 

- No tengo idea, jamás vi a Spreen con alguien. No sé que decirte, deberías hablar con él. Es mejor irnos antes que llegue alguien. Te puedo ayudar diciéndote que omegas hay en la pasantía. 

El chico alta se da cuenta que ese omega no parece bien mentalmente, que su actitud y sus movimientos no son los correctos como siempre actúa. Todo esto hace que su omega interior se sienta asustado y en alerta, por eso quiere irse del baño.

Un Aroma EnergizanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora