【🅲 | ​🅴】 ||ɴᴏʀᴇɴ||

Capítulo 6

—¡Vamos Richard!, tienes que levantar el letrero para la izquierda —Instruyó Renjun, hoy era un buen día, el inicio de clases no era el día más feliz para muchos, pero a Renjun le encantaba el instituto, sus amigos, su escuela, su club. Para Renjun el club de teatro era su vida. Y este último año del instituto estaba más que dispuesto a que fuera el mejor año de su vida. Se graduaría dejando su huella en la historia de esta escuela.

—Con un letrero de dos metros, esperas ganarle al club de futbol —Renjun se giró para enfrentar al chico que le había hablado. Era el capitán del equipo de futbol americano, Jeno, el chico más arrogante de la escuela. Muchos le tenían miedo, pero Renjun...

—Estoy seguro de que les ganare —dijo con una sonrisa, Jeno no sonrió, jamás sonreía.

—Suerte con eso —dijo el chico alejándose, Renjun no le permitiría eso, le dijo a Richard que asegurara bien los lazos para que el letrero no cayera, y se dirigió a perseguir a su otro amigo. Nadie comprendía como él, que era tan optimista, alegre y vivaz podría ser amigo de alguien tan sombrío como Lee Jeno.

—Oye, espera —Renjun tuvo que correr para alcanzarlo justo antes de que entrara en el edificio administrativo. Se colocó enfrente de él para que dejara de avanzar, Jeno clavo su oscura mirada en él. —Hola  —dijo Renjun sonriendo. Jeno enarco una ceja

—Hola —contesto seriamente en un tono como diciendo "Ahora que rayos quiere este loco".

—Hace más de tres semanas que no te veo ¿Cómo estás? —No sabía mucho sobre la vida de Jeno, pero sabía que el chico en vacaciones de verano trabajaba para ayudar a su abuela. Lo que volvía imposible que Jeno se reuniera con ellos para ir a las fiestas que hacían entre amigos, ni siquiera pudo ir al campamento de un mes atrás.

—Bien —Jeno murmuró. —Tengo prisa...

—No —Renjun le impidió el avance, así era Jeno de malhumorado. Pero Renjun poco a poco estaba haciéndolo cambiar. —Se supone que ahora tú debes preguntarme como estoy, es la ley de la cortesía —Jeno rodo los ojos.

—No tenemos tiempo para esto...

—¡Anda! Haz un esfuerzo —Insistió Renjun. Jeno era un chico rebelde que no aguantaba tonterías de nadie. Pero con Renjun era diferente. Jeno suspiró derrotado.

—Hola Junnie, ¿Cómo estás? —preguntó seriamente. Renjun sonrió ampliamente

—Bien, gracias—le guiño un ojo. —Ahora debemos marcharnos o llegaremos tarde al auditorio —se rio ante el gruñido malhumorado de su amigo. Pero estos momentos eran los que valían la pena. Aunque muchos no lo supieran Jeno valía la pena, como amigo, como persona y tal vez como algo más...

Renjun se despertó. Los rayos del sol se filtraban por las cortinas, y supo que estaba solo en la inmensa cama. Se frotó los ojos con fuerza ¿Qué hora era? No recordaba haber dormido tanto en su vida.

La puerta del baño se abrió y apareció Jeno haciéndose un nudo de la corbata. Bien vestido con un traje impecable, parecía de pies a cabeza el típico ejecutivo, aparte de poseer un atractivo enorme para la paz espiritual de cualquier hombre o mujer.

—¿Qué hora es? —preguntó, Jeno se detuvo y lo miró.

—Temprano, vuelve a dormir —Renjun lo estudio unos segundos no sabiendo que decir, ¿No le reclamaría por no aparecer anoche en su estudio como lo había ordenado? —Tengo un desayuno de trabajo, volveré más tarde, puedes quedarte hasta tarde en la cama o ir de compras, Sehun te llevara.