Capítulo 9

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Renjun se estiró con languidez, sintió el tirón de músculos no ejercitados, la sensación que aún conservaba de haber tenido una relación sexual vigorosa, y cerró los ojos ante el torrente de recuerdos que le inundaba la mente. Lo seguía sintiendo dentro de él, su huella, el tacto de su boca, sus manos... La excitación sexual, el sexo embrujador e increíblemente sensual. Porque eso era lo único que había habido. Y lo único que habría entre ellos, había dejado eso claro anoche. La unión física de dos personas en armonía sexual parecía un trato justo.

Desechando sus preocupaciones salto de la cama y corrió a la ducha, agradeció que Jeno no estuviera en la habitación, eso por lo menos le daría el tiempo necesario para recuperar la compostura y averiguar cómo manejaría el día a día a partir de hoy.

Jeno nunca apareció y él terminó de vestirse, no sabía lo que se esperaba de él en ese momento, pero sabía lo que quería hacer, estaba en las Bahamas, y lo disfrutaría, no se preocupó por dejarle un mensaje a su "marido". La palabra hasta sonaba rara para él.

Los ventanales de la habitación daban directamente a la playa, en otros tiempos le daría lo mismo, pero ahora que sabía lo que era contar centavos para vivir, se preguntó cuánto le estaría costando a Jeno este pequeño lujo. Durante su trayecto a la playa se encontró con varios sirvientes del hotel y le preguntaban cortésmente si podían ofrecerle algo. Tenía hambre, un desayuno sería lo ideal, pero primero quería acercarse la playa, ver el amanecer.

La playa estaba desierta a excepción de uno que otro corredor que pasaba, a lo lejos alcanzaba a ver a uno que otro surfista que estaba disfrutando de las olas. Quitándose su camina, Renjun se sentó sobre la caliente arena, su mirada se perdió en el horizonte, hasta que se dio cuenta de que estaba estudiando con atención a los surfistas en el agua, era impresionante, sonrió, si él intentaba hacer alguna de esas acrobacias lo más seguro es que terminaría ahogado en medio del océano. Sabía nadar, le encantaba el agua, pero no era tan osado como esos hombres.

Él estaba casi por marcharse para ir a desayunar, cuando alcanzo a distinguir que conocía perfectamente el cuerpo de uno de los surfistas. Apretó los dientes.

Por supuesto que ese bastardo sabe surfear.

El ver los músculos de Jeno entre las olas, había hecho que el pene de Renjun lo notara. Se giró sobre su estómago y sintió la arena raspar su pecho.

Descansando su mentón en sus manos, el vio a Jeno desaparecer y reaparecer cuando entraba en las olas.

Una buena cantidad de gente empezó a aglomerarse en la playa para ver a los hombres en el agua. Renjun vio moverse a Sehun. El hombre estaba parado en la paya con sus manos en sus caderas, vigilando a su jefe, giró su rostro y encontró a otros dos hombres sospechosamente familiares. Guardias de seguridad, un signo de su nuevo estatus social. Que fastidio.

La multitud empezó a hacer ruido y Renjun regresó su atención hacia el mar. Su marido estaba montando una ola y diablos que ola. La palabra marido sonaba desconocida en sus labios. Todo era desconocido para él. Todo parecía un sueño perturbador del cual esperaba despertar pronto. Recordaba como Jeno se había burlado de sus sueños e ilusiones. ¿Cuántas veces en la universidad no había imaginado un futuro como este? Al menos similar, ya que jamás pensó en el dinero, ni que Jeno podría ser rico, tampoco se imaginó en la pobreza, pero si una escena donde ambos trabajaban hombro a hombro para construir un futuro. Una casa en Atlanta, empleos estables, hijos, perros y gatos. Todo el numerito. Pero Jeno había arruinado todo eso. Ahora tenía un marido de contrato y demasiados millones fríos en cuentas bancarias.

—Él es bueno —Sehun dijo caminando hacia donde estaba Renjun sentado.

—Si. Lo sé —Renjun agregó, Jeno siempre había sido bueno en los deportes. Pero al mirar al hombre a los ojos se dio cuenta de que Sehun no estaba hablando sobre los deportes. Renjun se quedó observándolo un minuto... pero no pudo profundizar en el tema con el hombre ya que Jeno se aproximó hacia ellos. Jeno se dejó caer sobre Renjun y lo hizo darse la vuelta, quedando tumbado sobre su espalda con Jeno aprisionándolo contra la arena. Entrecerró los ojos al ver su rostro y la tensión interior que traslucían sus ojos. El corazón de Renjun palpito en su pecho cuando el hombre se inclinó para besarlo ligeramente en los labios, tembló, pero le echó la culpa a las gotas de agua fría que cayeron sobre él, la mirada de Renjun se fundió con la suya durante unos interminables segundos, con el intenso deseo de adivinar algo en la expresión de Jeno que insinuara que la pasión que habían compartido la noche anterior era algo más que buen sexo. En aquel momento, Renjun recordó la sensual posesión. Sintió una explosión de excitación instintiva cuando su mente le proporcionó una vivida imagen. Él lo sabía. Renjun podía adivinarlo por el brillo de sus ojos oscuros, tan cerca de los suyos. ¿Era satisfacción masculina por recuperarlo como amante? ¿O la culminación de su venganza? Sospechaba, por desgracia, que se trataba de ambas cosas.

【🅲  | ​🅴】  ||ɴᴏʀᴇɴ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora