Capítulo 20

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Kakuzu no paraba de temblar de los nervios que sentía, no quería mostrar esas horribles marcas que lo atormentarían para toda la vida. El tiburon al darse cuenta del error que había provocado rápidamente le dio un gran abrazo al castaño, este poco a poco se fue tranquilizando, ya no temblaba, ya no se sentía aterrado, ya no recordaba el accidente, todo ya estaba calmado.

---Perdon, no pensé que eso te iba a poner así---Dijo arrepentido por haberle hecho esa pregunta al contrario, fue ahí cuando comprendió que eso era un tema demasiado delicado para él---

---Mejor lo dejamos para otra ocasion---Concluyó Kakuzu dándose la vuelta para irse---Nos vemos mañana Kisame---Se despidió de él alejándose del lugar---

El peliazul solo se quedó observando como su amigo se alejaba hasta perderlo de vista, juró no volver a mencionar el tema hasta que el moreno estuviera listo para contarlo. Kisame no era de esas personas que solo por curiosidad provocaría problemas hacia los demás y el tiburon no quería provocar más de lo que ya había causado. Le daría tiempo para que se lo tomará con calma, solo tenia que esperarlo.

Con Kakuzu

Este igual se encontraba dentro de sus pensamientos, ¿tal vez llego el momento de revelar que hay detrás de su cubrebocas? ¿O tenía que esperar un poco mas? Esas eran las unicas preguntas que no podía responder, aun no se sentía a gusto con sus marcas, agradecía de que Kisame fuera paciente y que no lo estuviera presionando cada rato.

Esperaría un poco más, hasta que sus emociones sean completamente controladas, solo hasta ahí le mostraría su rostro al peliazul.

Cuando el moreno llego a su casa lo primero que vio como siempre fue a su padre y a su madrastra que estaban sirviendo la cena, esta vez la mujer si estaba y no se había desaparecido como la otra vez.

---Ya estoy aqui---Dijo el moreno para que notarán su presencia---

---Bienvenido Kakuzu---Respondió su padre sonriendole---Ya casi vamos a comer, por favor avisale a Hidan---Fue lo único que pidió para después seguir con lo suyo---

---*Genial*---Pensó fastidiado---Sí papá---

El mayor con algo de molestia subió las escaleras dirigiéndose a su habitacion, en serio odiaba que el albino fuera tan apartado con las personas, nunca iba a entender a las personas que les gustaba estar completamente solas, no entendía su favoritismo con la soledad que con la sociedad. Gente que le encantaba estar encerrado en su propio mundo, un mundo lleno de misterio para las demás personas, uno nunca sabe que es lo que puede haber dentro de esa cabeza.

Al llegar a su habitación estaba totalmente solitaria, sin ninguna vista del albino, en ese momento Kakuzu solo pudo pensar en dos opciones, o se había escapado de nuevo o se había ido al balcón para estar tranquilo, no lo podía culpar, ese lugar era realmente relajante, sentir el viento chocar con tu cuerpo, la hermosa vista que se veía ya sea por el cielo o por el suelo, tan solitario en la noche que hasta te daban ánimos de pensar sobre tu vida, de tus errores o de tus problemas.

Así que sin más el moreno se dirigió a dicha área de su casa, tenía un 70% seguro de que el albino se encontraría ahi, de lo contrario le haría saber el peor de los castigos que él se ofrecería a darle.

Una vez que llegó y abrio la puerta lo volvió a ver ahí de nuevo, viendo como el viento movía un poco su pelo, tenía la mirada baja, o estaba pensando algo o estaba recordando algo o estaba viendo algo. Al parecer fue la primera o la segura opcion, ya que el menor no reaccionó para nada el ruido que hizo la puerta como la otra vez.

---Hidan---Lo llamo Kakuzu para que saliera de su mundo y volteará a verlo, pero eso nunca paso---

Narra Hidan, minutos antes

Me encontraba aburrido en "mi" habitación, quería escaparme y pasar la noche con Deidara, pero si hacia eso tendría serios problemas con ese idiota y probablemente con mi madre también, suspiré fastidiado por los dos estorbos que tenía, con el viejo no tengo ningún problema, no es mi padre para estarme mandando.

Pensé en un lugar en donde podría estar a gusto con mi cabeza, en eso recordé el balcón que había encontrado la otra vez, la verdad.... me había encantado bastante estar ahí, nunca llegue a tener algo así en mi casa.
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Mi casa....

De un día para otro mi vida cambio por completo, sigo sin entenderlo, todo había estado perfectamente bien, bueno excepto por mi madre, todo siempre salía mal gracias a ella, siempre era ella quien arruinaba todo, mi padre no se merecía la muerte, se lo merecía ella.

Mi madre no se interesaba en tener una familia tranquila y amorosa, le interesaba más el dinero, no había día en el que no llegará a casa con muchas bolsas de compra. Eso era lo que mi padre odiaba de ella, siempre eran las mismas peleas, la verdad ya ni recuerdo cuando fue la última vez en que no hubiera un maldito problema por culpa de ella.

De tan sólo pensarlo me molesta, ya no quería seguir pensando en eso y me dirigí al balcón a tranquilizar mi mente un poco. Cuando llegué todo como siempre estaba muy tranquilo, me relajo por completo al venir aqui, pero eso no duro por mucho tiempo, de repente se escucho el grito de una niña, dirigí mi mirada de donde provino y vi a un hombre que estaba siendo golpeado por dos más, atrás de él se encontraba la niña llorando y gritando, supongo que ese hombre era su padre.

---¡Por favor! ¡Ya no le peguen! ¡Dejen a mi papá!---Y si le atine. La mocosa solo se quedaba en su lugar, se podía notar que estaba muy asustada, si en serio le preocupaba bastante su padre, ¿entonces por qué no lo ayudaba? Hasta incluso si yo estuviera en esa edad le habría hecho daño a uno de ellos---

Me quede observando como seguían golpeando al tipo, luego vi que llegó una camioneta negra en donde subieron a la fuerza a los dos, el hombre ya estaba muy herido de la cara y la niña seguia gritando, cada vez más fuerte pidiendo ayuda, al parecer eso ya le había hartado a uno de los hombres, ya que vi como la niña recibió un fuerte golpe en el estómago, la pobre mocosa ante eso se terminó desmayando. Ella al igual que su padre se los llevaron a quien sabe donde y ni me interesa saberlo.

No es mi problema, mis problemas son otros y no tengo tiempo para estar perdiendo en ese tipo de cosas. Solo pude suspirar un poco pesado, puede que algunas personas puedan tener una peor vida que la mía, puede que mi vida no sea nada y solo estoy siendo demasiado dramatico.

Pude haber seguido pensando en lo mío, sino fuera porque sentí que alguien me tocaba del hombro, miré hacia atrás para ver de quien se trataba, no podía ser más que el mismísimo imbecil, la verdad es que no lo había escuchado cuando llego.

---Al fin me notas---

Kakuhidan~Me enamoré de mi hermanastro~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora