Kakuhidan~Me enamoré de mi hermanastro~

Capítulo 56

Después de casi 10 minutos el albino se fue calmando poco a poco, Kakuzu al notar aquello apagó su teléfono, se había cansado de escapar al menor que decidió intentar conectarse con Obito, sin tener resultados.

---Te tardaste mucho---Comentó indiferente el moreno, mirando como el de ojos rosados le salían lágrimas de tanto haber reído a carcajadas---

---Eres un desastre, me hubiera encantado haber visto aquello---Dijo Hidan con burla, a pesar de lo que Kakuzu había hecho por él aún seguia faltandole el respecto, pero al parecer esto al castaño no le sorprendió tanto como antes---

---Si, como sea. Regresarás a mi casa quieras o no, no te voy a quitar el ojo para nada---Advirtió el de ojos verdes levantándose del asiento y acercandose a la puerta---

---Ni creas que regresaré a tu casa---Se negó el menor frunciendo el ceño, ¿no había dejado claro que no quería regresar?---

---Te recuerdo que tu madre ya no vive ahí, además de que los doctores no te permitirán vivir solo en tu condición---Se río entre dientes señalando con el dedo la pierna enyesada del albino, para después salir de aquella habitación con una expresión burlona---

Este al notarlo chasqueo la lengua con fastidio, ¿Qué era mejor? ¿Estar toda una semana o más todo inmóvil en una sola habitación que ni siquiera podría estar a gusto con la mala comida que según escuchaba que daban o tener que aguantar la compañía de su irritante hermanastro y molesto padrastro?

Esas dos opciones le era dificil, no le gustaba ninguna de ellas. Pero en eso el religioso recordó algo que odiaba más que su propia madre: estar solo. Gracias a Deidara y a Itachi había podido soportar todos los abusos de su madre, pero ahora que el rubio aún no había sido localizado y el azabache se encontraba ocupado aún con la búsqueda no tenía a nadie más.

Estar en la casa de Deidara sin su presencia sería algo doloroso para él, así que de mala gana optó por la segunda opción: vivir bajo el mismo techo con las personas menos deseadas de todo el planeta.

Con Raul

---¿Lograste convencerlo?---Preguntó esté mirando hacia el techo, su hijo le había contado todo lo que había escuchado con respeto al resentimiento de Hidan hacia su madre---

---No lo creo, pero por como están las cosas no tiene elección, se quedará con nosotros lo quiera o no---Respondió el moreno recargado en la pared con las manos en su nuca como almohada, estaría dispuesto a tolerar la presencia del salvaje de su hermanastro para que no lo vuelvan a secuestrar y tener que ir tras de él una vez más, además estaría pendiente de su padre también, cuidando dos pájaros de un solo ojo, era perfecto para él---

---Kakuzu, te pido que le tengas paciencia a Hidan, por lo visto no tuvo una infancia muy feliz debido a su madre, quiero que no haya más peleas entre ustedes, deseo que Hidan nos vea como parte de su familia y que tratemos de hacer sanar su pequeño corazón triste y vacío, ¿Quedo claro?---Advirtió con un poco de seriedad en su tono, sabía que no tenía que ser estricto con su hijo en ese tema, pero aún así quería recordarselo---

---Trataré padre, sabes que desde un principio Hidan se negó a convivir con nosotros, ¿Crees que será diferente ahora?---Preguntó el castaño aún con la duda de poder lograrlo---

---Yo espero que si---Sonrió el hombre con la ilusión de poder tener la aceptación de su hijastro---

El moreno al verlo termino exhalando con la nariz con una mirada seria, sea lo sea que valla a pasar estaría dispuesto a esperarlo con ansias, no sabía aún que es lo que pasará con Ziro y July, pero tal vez había llegado el momento de no preocuparse por esos dos, ¿verdad?