💠Capitulo 4💠

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La reserva, un correo y un paquete. 

« Fly me to the moon

Let me play among the stars

Let me see what spring is like on

A-Jupiter and Mars

In other words hold my hand

In other words... baby, kiss me

— La reina del Instituto Winchester, frente a mí. Aun enfrente de mi, no lo creo. — Hace una pose de inclinación a modo de burla. —¿A qué se debe la presencia de su majestad ante mi?

Me preguntó la razón de mi presencia en este salón.

Te buscaba a ti —Le respondí mientras me acercaba a él.

—¿Por qué razón la abeja reina me buscaría a mí?

Me acerco un poco más a él. No contesto solo sonrió. —Me pregunto quién canta la canción— Cambio el tema.

Él me mira de abajo hacia arriba. — No responderás. —Suspiro.— Frank Sinatra, es quien canta. »

Mis ojos se abren con rapidez en busca salir de aquel sueño-recuerdo que acabo de tener.
Mis manos empujan las cobijas lo más lejos de mí para lograr disminuir la sensación de sofoco que invade mi cuerpo. Toco mi frente al percatarme que gotas de sudor brotan de ella. Salgo de la cama para abrir las cortinas y la ventana, necesito aire fresco, respiro profundamente el aire que comienza a entrar a la habitación. Una vez que recupero el aire, prendo mi laptop y busco Spotify para reproducir un podcast de noticias, necesito despejar mi mente.

¿Alguna vez podré dejar de soñar con él? Esa es la maldita pregunta que me hago cada que tengo un sueño de estos. Me lastima mi subconsciente cada vez que hace que los recuerdos de la historia de amor que tuve con él, con Seth.
Quizás las cosas invocaran los recuerdos. Lo que me molesta es que se vuelvan pesadillas de las cuales solo quiero despertar. Puedo sentir como se vuelve fantasma, como se desvanece en mis sueños, con cada aparición que hace en ellos se despide. No me gusta que los mejores recuerdos que tengo del gran primer amor que tuve se conviertan lentamente en pequeños y molestos infiernos.

El sueño-recuerdo que tuve aún sigue invadiendo mis pensamientos, no me deja hacer las listas pendientes para el día de hoy, miro mi reloj despertador y... -¡Mierda! Se me hará tarde.

Enseguida me visto con la ropa que dejé la noche anterior antes de acostarme para vestirme, sorprendentemente tenía ropa cómoda y vieja. Unos jeans desgastados, con una camisa vieja de mi madre que dejó en la habitación de mi padre. Y los tenis que usaba para correr en clase de deportes de mi antigua escuela. Ese era el conjunto que utilizaría el día de hoy.

Mi madre me presto el convertible y ella se fue en el auto de la abuela a trabajar. Me meto al auto mientras se cargan las indicaciones que descargue anoche de Google maps para llegar a la reserva.

Antes de bajar del auto, retoco el protector solar en mi cara, no quiero cáncer de piel o manchas, cuando término bajo del auto y camino hacia la entrada de la cabaña que se encuentra pasando las rejas y el portón. Antes de está cabaña, note otra un poco más grade, pero parecían ser oficinas que por el momento parecían vacías.

Es una pequeña cabaña de madera con un pórtico, en el pórtico se encuentran sillas mecedoras, del lado izquierdo acompañado de un sillón flotante hecho de pallets, y en la derecha están algunas plantas.

mentiras, secretos, sangre y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora