𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 26

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Me miró y entonces yo me senté encima de ella, con mis piernas a sus costados, me sonrió sensualmente, adoraba esas sonrisas, puse mis manos sobre el respaldo de la silla y la besé apasionadamente, ella me abrazó y comenzó a acariciar mi espalda, devorando mi lengua, yo comencé a desabrochar su blusa sin dejar de besarla y ella me sacaba la blusa de la falda, cuando lo logró, acarició la piel de mi espalda y sentí que movía sus dedos para desabrochar mi blusa, pero la frené.

Me hice un poco hacia atrás y la desabroché yo lentamente, ella me miraba fascinada, con la sonrisa retorcida, me abrí la blusa y desabroché el sostén, de casualidad me había puesto uno que se abrochaba por enfrente, cuando destapé mis senos ella comenzó a besarlos, pasando su lengua por mis pezones, yo emití un suave jadeo y eché mi cabeza hacia atrás por las sensaciones que me provocaban sus labios.

Subió mi falda y comenzó a retirar mi ropa interior, me puse de pie para quitármela por completo y ella saco un condón de la bolsa del pantalón, me sorprendía tanto que siempre llevara uno con ella, no quise pensar en eso, sólo disfrutar del momento. Le quité el condón de la mano, le desabroche el pantalón y me hinque, le llevé su erección a la boca y ella emitió un gruñido delicioso, así que seguí absorbiéndolo con delicadeza, su cabeza la tenía hacia atrás y se lamía los labios gimiendo con sus dedos enterrados en mis cabellos.

Cuando ya no aguante más, le coloqué el condón y me monté en ella emitiendo un gemido cuando la sentí dentro de mí, ella levantó la cara, me tomó por las nalgas y me ayudo a subir y bajar mientras nos besábamos frenéticamente, yo tenía los ojos cerrados, concentrada únicamente en las maravillosas sensaciones que me hacía sentir, me fascinaba la forma en que se movía en mi interior. Nos separamos para respirar, pero nuestros labios seguían juntos, jadeando, inundando nuestras bocas con el tibio aliento que emanamos. Le sujeté las manos y las enlace con las mías colocándolas en los costados de su cabeza.

Sam: Me fascina cuando tomas el control – susurró con la voz entrecortada.

Mon: Te haré mi esclava, entonces – dije mientras me movía en círculos.

Sam: Hazme lo que quieras... pero, no me dejes.

Le sonreí y seguí moviéndome, no quería engancharme en sus palabras, no cuando estábamos teniendo sexo, en este estado se dicen muchas cosas, pero no tienen el mismo valor a cuando se dicen con los cinco sentidos bien puestos. Apreté más sus manos cuando sentí que juntas llegábamos al orgasmo y recargue la cabeza en el respaldo de la silla, ella se soltó y me abrazó fuertemente.

Sam: De verdad eres maravillosa – susurró en mi oído y una sonrisa apareció en mi cara.

Un repentino ruido nos hizo aterrizar de golpe en la realidad y me levanté a toda prisa, con los dedos temblorosos me abroché el sostén y la blusa, abrí la puerta despacio y sólo asomé medio cuerpo, era uno de los vigilantes que había subido a hacer su rondín habitual.

– Buenas noches señorita Mon, ¿todavía por aquí? – dijo amablemente.

Mon: Sí, terminando una campaña, pero ya casi me voy.

– Quiere que le pida un taxi?

Mon: No es necesario, gracias.

Me sonrió y caminó a los elevadores, yo apreté los ojos de miedo y cerré de nuevo la puerta. Me di la vuelta y Sam estaba parada justo detrás de mí, con su dedo pulgar delineó mis labios y luego acarició mi mejilla y bajó a mi cuello acariciándolo también.

Mon: Debemos irnos, los policías estarán a la expectativa de mi salida, además, deben saber que estás aquí.

Sam: Dije que iba a otro piso, no saben que estoy contigo, es una gran ventaja que las ventanas de tu oficina tengan persianas, no se dio cuenta de mi presencia – dijo mientras besaba suavemente mi cuello y acariciaba mi cintura.

Mon: Sam, por favor – dije con un hilo de voz, mi cuerpo estaba reaccionando de nuevo a sus caricias haciéndome perder la perpectiva de donde nos encontrábamos.

Sam: Sólo una vez más, haré un viaje de negocios y no sé cuando pueda regresar, quizá nos veamos hasta el día de la boda – anunció lamiendo mi oreja en tanto sus manos acariciaban mis senos por encima de la blusa.

Mon: Aún no te he confirmado que iré.

Sam: Con mayor razón, necesito hacerte mía una vez más esta noche.

Me besó apasionadamente mientras desabrochaba la blusa y la bajaba dejando al descubierto mis hombros, dio pequeños besos en uno y depués siguió por mi cuello y paso hasta el otro hombro, yo tenía mis manos entre sus cabellos. Me cargó y me depositó sobre el escritorio, como pude hice a un lado las cosas y tiré el portarretratos al suelo, ella se rio y sentí como separaba suavemente mis piernas para enterrar su cabeza y besar mi parte más íntima.

Sentí que iba a explotar y ella se detuvo, yo la miré casi con furia y ella sólo me sonrió, se colocó un nuevo condón, tomó mis piernas y entró en mí de golpe, moviéndose con desesperación, gimiendo al unísono, la veía morderse el labio inferior, totalmente perdida en la excitación y en la lujuria del momento, gruñó cuando llegó al clímax, lo que provocó que yo alcanzara instantes depués y luego salió de mí.

El sonido de mi móvil hizo que pegara un grito del susto y hasta me llevé la mano al pecho, Sam se rió a carcajada abierta y yo le di una mirada de odio. Alcancé el aparato y los colores se me fueron de la cara cuando vi que era una llamada de Nop, no quería siquiera imaginar que hubiera pasado si se le hubiera ocurrido llamar dos minutos antes. No muy segura contesté, sabía que insistiría.

𝐘𝐨𝐮 𝐚𝐫𝐞 𝐦𝐲 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐭𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧 /𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧/𝐆!𝐏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora