𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 73

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No pude decir palabra alguna por la impresión que me causó lo que me dijo, en un instante pasaron varias posibilidades por mi cabeza, sólo una lo suficientemente poderosa que no me daría gusto escuchar, que terminaría conmigo definitivamente.

Mon: ¿Sam, sigues ahí? – exclamó haciéndome reaccionar.

Sam: Sí… te escucho.

Mon: Nop ya se enteró de lo nuestro.

Otra vez me quedé en silencio tratando de procesar lo que acababa de decirme, nada que ver con lo que yo había pensado, ni siquiera me acordaba de la existencia de ese tipo.

Mon: ¿Me escuchaste? – preguntó insegura.

Sam: Sí…pensé que ibas a decirme algo grave– le aclaré y me volvió el alma al cuerpo.

Mon: ¿Cómo qué?

Sam: Que no me perdonabas y ya no querías saber nada de mí.

Mon: Bueno… aún no decido eso, sólo quise comentarte que él ya lo sabe.

Sam: ¿Y tú cómo sabes eso?

Mon: Porque anoche coincidimos casualmente en un evento de mi trabajo y me lo dijo.

Sam: ¿Y cómo se enteró?, ¿te lo reprochó?

Mon: Hya le mandó la foto de un periódico donde salimos juntas en la boda de Song, pero no me reprochó nada, ya está saliendo con… otra chica, sólo me preguntó que desde cuándo y cómo se había dado lo nuestro y luego me comentó que ya habías prescindido de sus servicios, algo que no me habías dicho, por cierto.

Sam: Aún no llego a esa parte de la historia… ¿ya estás lista para seguirme escuchando?

Mon: Sí, pero tendrá que esperar unos días, va a ser el aniversario de la agencia y estoy en el comité organizador de la fiesta, así que estoy hasta el tope de trabajo.

Sam: Entiendo, no te preocupes – dije resignada.

Mon: ¿Quieres acompañarme a la fiesta?

Sam: ¿Tú quieres que te acompañe?

Mon: Crees que te lo preguntaría si no lo quisiera?

Sam: ¿Otra vez vamos a respondernos con preguntas?

Mon: Tú empezaste – exclamó riéndose – ¿sabes?… te he extrañado mucho.

Sam: Yo también Mon, no tienes idea de cuanta falta me haces, te amo.

Mon: Yo también Sam– suspiró – debo estar loca, pero no me importa que seas una psicópata, no tengo nada que perdonarte, te amo y te necesito.

Sam: ¿Podemos vernos más tarde? – Pregunté con el corazón latiéndome descontroladamente por sus palabras – paso por ti a la oficina y vamos a cenar.

Mon: Está bien, aunque no puedo desvelarme mucho, mañana tengo que estar a las ocho de la mañana en Filipinas.

Sam: Yo te llevo, si quieres… me puedo quedar a dormir en tu departamento.

Mon: Ya no soportas la tercera regla, ¿verdad? – exclamó con una risita.

Sam: Apenas van trece días, aguanté un mes en Inglaterra, así que aún puedo soportar más.

Mon: No puedo creer que los estés contando, corrijo, sí puedo creerlo, me estoy dando cuenta que eres capaz de muchas cosas.

Sam: Todo por amor Cariño, no sé cómo puedes dudarlo.

Mon: Sólo quiero estar completamente segura, no quiero otro desengaño.

Sam: Te entiendo, ¿entonces a qué hora paso por ti?

Mon: No sé a qué hora salga, te mando mensaje, ¿sí?

Sam: Ok, lo esperaré.

Mon: Hasta la noche, te mando un beso.

Sam: Y yo cien.

Escuché que se rió y después colgó. Suspiré y luego me reí sola, no sé si lo había hecho con alevosía y ventaja, pero definitivamente había logrado meterme un buen susto con esa frase de que no me daría gusto lo que me diría, francamente me tenía sin cuidado que lo supiera ese tipo, lo único que me importaba es que no quisiera hacerle daño a mi Mon, pero si no le recriminó seguro es porque no le importó enterarse, además él también ya estaba haciendo su vida con otra persona. 

A las 8:30 me mandó mensaje para que pasara por ella, así que salí de mi departamento y me dirigí a su oficina, la esperé afuera del edificio y de inmediato salió cuando le avisé que ya había llegado, me saludó con un rápido beso en los labios y fuimos a un restaurante cercano. Ordenamos la cena y mientras estuvimos ahí le conté otro episodio de mi historia, vi como paso de la rabia a la risa y de nuevo al enojo cuando escuchó lo que le platiqué.

Mon: Yo pensé que habías conocido a Nop por casualidad, jamás me imaginé que lo habías contactado a propósito – exclamó cruzándose de brazos.

Sam: Quería conocerlo, saber si era un fuerte rival.

Mon: ¿Así que desde un principio supiste que me engañaba? – preguntó seria.

Sam: Sí y eso fue lo que me motivó a seguir contigo.

Mon: Ósea que si no me hubiera engañado, ¿te habrías alejado de mí?

Sam: No lo sé, probablemente no.

Mon: Esculcaste su celular, sí que eres una psicópata.

Sam: Estoy consciente de ello – acepté avergonzada.

Mon: Jamás me imaginé que alguien hiciera ese tipo de cosas por mí.

Sam: Para que veas cuán grande es mi amor por ti – respondí y la besé en los labios.

𝐘𝐨𝐮 𝐚𝐫𝐞 𝐦𝐲 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐭𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧 /𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧/𝐆!𝐏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora