YOU MAKE ME WANNA DIE {sTaXx y tu}

Capítulo cuarenta y cuatro

-¿Estás de broma? -Le espeté enfadada-
-No, estoy siendo sincero contigo -Respondió tranquilo-
Me fui con las lágrimas amenzando con salir de mis ojos, quería irme de allí, quería alejarme de todo y olvidarle.
Unos brazos me abrazaron mientras salía por la puerta. No sabía quien era pero solo quería que fuese el, supe que no era nada más notar su olor.
-_____: Dime que nos veremos antes de que vuelva a Los Ángeles -Susurró Lana acariciando mi pelo-
-Lo prometo -Acepté-
Me fui sin despedirme de nadie más ya que no quería que me viesen llorar.
Cogí un taxi y le di la dirección de casa, deseaba llegar cuanto antes, ponerme el pijama y llorar, dormir y no despertar nunca.
Seguía sin entender por que Frank había hecho eso, no sabía sin creermelo pero... ¿Y si era verdad que Frank nunca me había querido?
Llegué a casa cansada con los tacones en la mano, el rimel corrido por todas mis mejillas y la cabeza dolorida de tanto llorar. Me cambié y me lavé los dientes, me lavé la cara y me fui a dormir.
Me costó, me costó mucho, no lo consigo, no consigo dormir, no se ni que hora es.
Opté por ir a por un vaso de leche de soja, esa que Frank tanto odiaba.
-¡No! ¡No, _____, no! No pienses más en el, no lo merece -Me repetía a mi misma cada vez que Frank venía a mi mente-
Bajé los escalones que hay desde los dormitorios hasta el salón y vi una sombra en la penumbra.
-¿Frank? -Susurré para no despertar a Carmen-
No obtuve respuesta.
Me acerqué poco a poco y vi a Frank tumbado en el sofá durmiendo plácidamente.
La tristeza y la rabia a la vez se apoderaron de mi, ahora debería estar conmigo abrazándome mientras dormimos.
Tomé mi vaso de leche de soja y me fui a ver si conseguía dormir.
Unos pocos rayos de sol se colaban por mi ventana, serían las ocho de la mañana como mucho, solo me quedaba una manera de comprobarlo, me acerqué a mi móvil y al desbloquearlo leí '8:32' me fijé en el fondo de pantalla, la foto que nos tomamos Frank y yo el día que fuimos a cenar con Luzu y Lana se veía de fondo y tardé un solo segundo en darme cuenta de todo lo que pasó ayer.
Me levanté de la cama con ganas de llorary bajé los escalones, encima de la mesa me encontré una carta.
"Hola, _____, Frank me despertó temprano para que nos fuéramos cuanto antes, no me dio ninguna explicación, solo que no quería pasar más tiempo aquí. No se que ha pasado pero me lo imagino. Muchas gracias por tu cuidarme estos días y ofrecerme un techo en el que vivir en los peores momentos, ya sabes que pase lo que pase eres como una hija para mi. Nos vemos en dos días en el juicio.
Con cariño, Carmen."
Me levanté rápido del sofá y connmisnpies descalzos recorrí toda mi casa hasta la habitación que era de Carmen. Exacto, era por que ahora se encontraba únicamente con una cama, como la tenía desde el principio. Todas las pertenencias de Carmen se habían ido al igual que el amor de mi vida se había ido de mi lado.