YOU MAKE ME WANNA DIE {sTaXx y tu}

Capítulo Trece

Me rasqué un poco los ojos, estaba verdaderamente cansada.

-Ven, acompáñame -Le propuse subiendo al piso de arriba-

Cogí mis tres peluches, uno de minion, otro de una alpaca y otro de Princess Peach, cogí una manta y una almohada.

-Aquí dormirás tú -Dije señalando mi cama- Yo dormiré en el sofá, buenas noches.

-No, espera, _____,  no te preocupes, yo duermo en el sofá -Respondió Frank-

-No, no es necesario, duerme tú aquí -Espeté señalando de nuevo la cama-

-_____ -Me llamó el-

-¿Qué?

-Me conoces muy bien, sabes que soy muy cabezota y que no dejaré que duermas en el sofá -Cogió la almohada y la manta que sostenía yo y se fué al salón, le acompañé pidiendo que me dejase a mi el sofá-

-____, Que no, que yo duermo aquí -Dijo el acomodando la almohada-

Me rendí, sabia lo cabezota que era Frank y sabía que no iba a parar, me metí en la cocina y me saqué una lata de pepinillos. Las cinco de la mañana. Cuando salí de la cocina con los pepinillos en la mano Frank estaba tumbado, tapado con la manta y apoyado en la almohada.

-¿Comes pepinillos a las... -Miró su móvil-... cinco de la mañana? -Preguntó extrañado-

-Sí, ¿Quieres? -le ofrecí-

-No gracias, me voy a dormir ya, muchas gracias -Anunció-

Me acerqué a el, lo abracé durante un buen rato y me despedí.
No, no porfavor. No, ¡NO!

-____, ¡_____! Tranquila, estoy yo aquí -Escuchaba mientras notaba un suave golpe en mi hombro-

Abrí los ojos lentamente y me encontré a Frank sentado a mi lado en la cama.

-Tranquila, ____, era una pesadilla -Me susurró mientras me acariciaba el pelo-

Yo estaba sudando, tenía la respiración agitada, no dije nada solo le abracé y el correspondió mi abrazo.

-Siento haberte despertado

-Tranquila, ¿Estas mejor? -Preguntó preocupado-

-Sí, muchas gracias.

Cuando se iba y cerraba la puerta de mi habitación lentamente le llamé.

-Frank

La puerta se abrió, en ningún momento se cerró del todo.

-¿Qué? -Preguntó-

-¿Te... Te importaría... Teimportariaquedarteadormirconmigo? -Dije rápido y muerta de vergüenza por mi proposición-

El lo escuchó a la perfección y soltó una leve risa.

-Sí, claro -Respondió al fin-

Se metió en la cama, yo le daba la espalda y miraba a la pared, el tenia su vista clavada en mi, lo sabía por que notaba su respiración. Me giré y lo abracé, me encantaría poder dormir así pero el seguramente estaría incomodo.

-Gracias -Le susurré-

-Gracias a tí -Respondió-

Me dio un beso en la frente y me giré como en la primera posición.

-Ay -Maldije susurrando-

-¿Qué pasa?

-Que tienes los pies muy fríos... -Le expliqué-

Los dos reímos.

-Buenas noches, bonita.

-Buenas noches, bonito.

Y me dormí con su mano en mi cadera.