𝑫𝒆𝒋𝒂𝒎𝒆 𝑨𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆 +18 |Male reader X Harem|

10.

Estaba soñando con una música muy buena hasta que se volvió repetitiva, luego tuve esa sensación de que me caía entonces desperté de golpe y así note que era mi teléfono lo que sonaba. A duras penas me levante a contestar, casi ni podía abrir los ojos más el hecho de que me pesa todo el jodido cuerpo por haber dormido muy tarde anoche.

--¿Hola? -Conteste con voz ronca. Como era costumbre no me fijé de quien me había llamado.

--Senpai, hola, te eh Estado llamando desde hace un rato, recuerda que tu me dijiste que me comunicará contigo tan pronto tuviera novedades de donde esta localizado el clan Noroi -Respondió al otro lado de la línea Naoya, casi me cuesta reconocerlo. Cierto, antes de irme a dormir le escribí diciendole que se pusiera en contacto conmigo al obtener la ubicación de los Noroi.

--Claro, lo siento, me dormí tarde anoche y apenas pude levantarme -Bostece para tratar de alejar las ganas de dormir más aunque sólo lo empeoró, mejor tomó una ducha fría. Le dije a Naoya que me prepararía y saldría de inmediato, estaba con un humor de perros... Justo lo que más necesito para enfrentar a ese cabron traga pitos. Después de la ducha me puse ropa discreta, una sudadera con unos jeans oscuros más unas botas estilo militar, dentro de los pantalones guarde algo que me serviría cuando lo vea. Antes de reunirme con Naoya en el punto de encuentro debía pasar por el Banco "más debía avisar a mi gente de lo que haría a continuación", olvide por completo informarle así que en lo que me preparaba algo rápido para mi desayuno les hice una llamada grupal poniéndolos en alta voz.

Ya iba en camino a ver a Naoya, anteriormente pase por el Banco con mis guardaespaldas custodiandome por la cantidad de dinero que iba a retirar y tarde un poco más del debido por el protocolo por la cual me hicieron pasar. Finalmente llegue al lugar acordado viendo como mi Kohai me saludaba muy alegre, antes de bajar tome el Bolsón grande que deje en el asiento del copiloto y ahora si procedí a salir del auto. Cuando ya casi estaba frente a Naoya no pude evitar notar a los matones tatuados que estaban a unos pocos metros de nosotros, ellos si se veían como gánsters.

--¡Sempai!, Hola, es bueno verte de nuevo -Me saludo con una enorme sonrisa. Sus subordinados le miraron raro, como si el acto de sonreír nunca fue hecho por el -. --Lamento que venga con compañía pero es necesario, el clan Noroi puede ser pequeño pero son problemáticos, en especial su líder.

--Hola Naoya, no te preocupes, de todas manera yo igual traje a mi gente -Mire por encima de mi hombro para señalar a mis guardaespaldas recargados contra el auto en el que vinieron -. --Siempre hay que ser precavidos, en especial con ese mal nacido de Ryomen.

--Si... Espera, ¿conoces al líder Sukuna? -Interrogó totalmente incrédulo. No disimulo para nada su sorpresa.

--Es una larga historia que no quiero contar ahora -Respondí entre dientes algo irritado al recordar el pasado. Tenía tantos sentimientos negativos encontrados, de verdad no quería volver a verle la cara al idiota pero no queda de otra.

--Vaya, para alguien quien dijo que no se involucraría con nadie del bajo mundo me salió doble cara -Dijo con tono satírico y expresión molesta. Bufé y rode los ojos, como si fuera mi culpa que el imbécil me haya engañado.

--Anteriormente el no estaba involucrado en esto, solo me entere de casualidad hace poco -Le informe aburrido por la situación. El me miro de pies a cabeza, arqueo una ceja y cruzó los brazos para a continuación burlarse.

--Quien lo diría, Kei-san teniendo gustos raros -Comentó burló en tanto negaba con la cabeza. ¿Como dedujo que nos enredamos de esa manera?.

--Naoya, para -Ordene ciertamente hartó y ya queriendo entrar para acabar con el asunto de una vez por todas. Después de aquello por fin entramos pero sólo el y yo, nuestros subordinados se quedaron afuera por ahora, entraría por si cualquier cosa pasara "podría parecer que estuviéramos tranquilos aunque no es así", tanto Naoya y yo estabamos muy inquietos ya que era cierto lo de que son problemáticos, tienden a ser despiadados y en un descuido pueden reaccionar de mala manera. Había tomado una gran bocanada de aire para luego soltarlo de golpe una vez que pusimos un pie dentro del lugar, absolutamente todas las miradas de los presentes fueron dirigidos a nosotros e incluso pareciera que el tiempo se detuvo por un segundo.