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Advertencia: Juego de pezones, mamada, garganta profunda, masturbación, eyaculación facial.

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--¿Que demonios haces aquí? -Cuestione al hombre que estaba parado frente a mi empresa. El me miro de pies a cada con una sonrisa divertida y sus ojos brillando en malicia.

--Solo... Estaba paseando -Respondió con fingida inocencia, volvió a mirar el edificio frente a nosotros, después los alrededores y nuevamente a mi antes de que le diga algo más.

--Creí haberte advertido de que no volvieras a aparecer en mi frente, Ryomen -Le recordé mis palabras anteriores con molestia, el solo soltó una carcajada negando con la cabeza. Avanzó hacia mi al par que bajaba la vista para verme a la cara.

--No puedes prohibirme estar en espacios públicos, además, aun si tienes todos esos abogados y guardaespaldas no hay nada que puedan hacer por ti, ni tu tampoco -Se agachó levemente a mi altura, haciendo un ademán de que me iba a tocarme la cara, sin embargo retiro la mano después -. --Tu me entregaste el dinero que "te robe" voluntariamente, ¿recuerdas?, y todo por causa de querer ser siempre el salvador.

--Si, lo admito, fui un idiota en ese entonces por tenerte fé -Solté un largo suspiro mirando directamente a mis guardaespaldas que querían acercarse, pero les hice una señal de que no avanzarán -. --Aún así tu no...

--Y no tienes una orden de alejamiento, agregó que por justa razón solo finje que no existo, a menos que quieras un escándalo en redes porque solías salir "con un mafioso" -Me interrumpió diciéndome esas amenazas con una sonrisa sadica dibujado en sus labios. Me pase la mano por el cuello tratando de aliviar la presión, aprete los dientes un poco tratando de que mi respiración se mantenga normal.

--Esto no se quedará así, Ryomen, te lo juro -Le señale con el dedo antes de finalmente entrar a mi compañia, pensando en que demonios hacer para que se mantenga alejado sin crear escándalos o algún daño mayor "y justo cuando estoy empezando a salir con el cuarteto de guapos", carajo, la vida me detesta. Le mande mensaje a uno de mis guardaespaldas que tenía mejor habilidad en sigilo, diciéndole que mantenga un ojo sobre Sukuna sin levantar sospechas, al menos hasta encontrar una solución.

Ocho de la noche marco en mi teléfono, la mayoría de mis empleado ya se habían ido y solo quedamos Chris, los líderes y yo, de ante mano sabía que los primeros mencionados solo se quedaban porqué yo seguía aquí, todo por que mi mente divagaba continuamente. Lo que me saco del trance fue una llamada, a lo que me fijé que era de Nanami y sin más demora conteste con una apenas visible sonrisa traviesa.

--Hola, Kendo -Salude con voz baja y ronca, sintiendo un alivio mental así como físico por llamarme justo en el momento adecuado.

--Hola, Kei, ¿estas ocupado? -Me devolvió el saludo con voz casi susurrante, aunque note que su respiración era algo agitada.

--No, estaba ya por salir del trabajo, tuve algunas complicaciones, nada grave -Respondi manteniendo mi voz baja. Sentía un ligero cosquilleo en las manos por lo que para calmar aquello me pase los dedos por el cabello. No podía dejar pasar que su respiración es irregular -. --¿Estas bien, Ken?, te escucho algo agitado.

--Si, Yo... -Se aclaró la garganta tratando de sonar normal, sin embargo su voz tembló ligeramente, casi sonando jadeoso... ¿Gimiendo? -. --Estoy bien, solo algo, mhm, pensativo, quería escuchar tu voz.

--Oh, ¿así que ya me extrañabas? -Bromee de forma juguetena soltando un pequeña risita. Sus palabras resonaban en mi oído, casi como si me hablará tan cerca... Su respiración causandome un poco de escalofríos -. --Kendo, dime la verdad, ¿que estas haciendo?.

𝑫𝒆𝒋𝒂𝒎𝒆 𝑨𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆 +18 |Male reader X Harem|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora