Virgen carmesí

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Abrupta, mente poseída.

Por el mas más mínimo llanto despoja la herida de un santo endemoniado que la cicatrizó.

Juega a la inocente cuando inocencia no tiene y oculta dolores de la blasfemia sociedad.

Pinta de blanco el rojo impuesto.

Juega a ser niña ya no siendo ni la pizca más pequeña de pureza en soledad.

Empalidece de sufridos cantos
Y la carroza la lleva envuelta
Sacrificada se ve aquella, frente a la naturaleza muerta.

Sonríe, solloza

La decisión es dolorosa.
Volver y seguir normal.
O seguir y maquillarse de mundanidad.

El desequilibrio la tiene abajo
Como la balanza de justicia a un infierno desatado, de azufre
Frío azufre que quema y congela.

Y con pena, con amor y ternura
Se viste y se aliada de un puñal
Que para siempre entre su vientre la acompañará.

La muerte se olvidó de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora