Y lo vi nacer
Y lo vi al morir
Y también renacer.
Sus pétalos acariciaban llamas
Fuegos de inmortalidad
Que erraban y erradicaban
Que amaban y susurraban
Latidos de un eterno atardecer.
La rosa de la rosa expiró al cielo
Y en el cielo del infierno un nuevo azul se vio emerger.
Como azufre
Como ceniza
Ni tan puro ni tan podrida
La sonrisa de una niña marchita
El llanto del monje desvalido.
Agua bendita, gracia divina
Apaga con tu gracia y tu pelo de oro
La soledad que mi alma guarda
Tras recuerdos vibrantes
Tras amores perdidos.
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La muerte se olvidó de mí
PoesíaVarios escritos, pensamientos, poemas, de la vida, la espera, el encantamiento.
